Los terroríficos toros de Miura

La propuesta de dos ediles que no eran sevillanos, José María Ybarra y Narciso Bonaplata, de recuperar las antiguas fiestas mercantiles de Sevilla, algo que llevaron a un pleno celebrado el 25 de agosto de 1846, encontró un eco positivo, de forma que el año siguiente se programó la Feria de Abril que ha tenido continuidad hasta nuestros días. Aunque las fechas iniciales eran las del 19, 20 y 21 de abril de 1847, se adelantó al día 18 para que no coincidiera con el inicio de la de Carmona. De esta forma, el 18 de abril de 1847 se inauguró en El Prado de San Sebastián la Primera Feria de Abril de la era moderna, que como no podía ser de otra forma se acompañó de festejos taurinos en la Maestranza. Ese primer año se celebró una corrida el día 17, víspera de la fiesta, con la actuación principal de dos toreros gaditanos, Juan Lucas Blanco y Lavi. La plaza no estaba aún cerrada del todo, la Giralda era un tendido de los sastres desde el que se contemplaba la lidia y aún eran tiempos de dominio de los picadores.

En los años siguientes la Feria ganó categoría en el Prado y en la Maestranza. En 1850 toreó el famoso Cúchares en las corridas organizadas los días 17 y 21 de abril. La Feria de Abril, que estuvo en el Prado hasta su traslado en 1973 a Los Remedios, con un paréntesis anecdótico en 1930, cuando se trasladó al sector sur de la Exposición Ibero-Americana. En la plaza, los festejos siguieron creciendo en calidad y cantidad. Por Sevilla pasaron El Tato, El Chiclanero, Cara Ancha, Chicorro, Lagartijo, Frascuelo, Los Bombas, Mazzantini, Fuentes, Montes, Machaquita y Guerrita, entre otros.

De 1900 a 1909

En las primeras ferias del siglo se celebran en Sevilla tres corridas de toros, que suben a cuatro en 1904, si bien todo depende de la fecha del Domingo de Resurrección. Son tiempos de ganado muy duro, entre los que Miura es indiscutible protagonista. La ganadería de Miura lidia siempre en Sevilla y se anuncian los mejores: Fuentes, Bombita, Algabeño, Lagartijo Chico, Pepete, Moreno de Alcalá, Machaquito y Curro Martín Vázquez.

Además de Miura lidiaron en estos años ganaderías como Concha y Sierra. Murube, Urcola, Pérez de la Concha, Moreno Santamaría, Taviel de Andrade, Anastasio y Saltillo. Son algunos nombres gloriosos de la cabaña brava, aunque ninguno se ha mantenido hasta nuestros días como Miura. La dureza de estas divisas era extrema. En 1909 fue célebre el pleito de los “miuras”. Se produjo cuando las figuras del toreo pretendieron ganar más dinero por anunciarse frente a ellos, lo que no fue admitido por la empresa. Finalmente, la ganadería resultó vencedora de este pleito. Cedieron los cabecillas Ricardo Bomba y Machaquito, que al volver a enfrentarse a los de Miura se arrimaron como fieras.

Toreros de Sevilla

Antonio Fuentes fue un artista de comienzos de siglo. Se anunció en Sevilla en las ferias de 1900, 1901 y 1905. Su estampa era elegante, capaz de torear con prestancia a toros ante los que era casi imposible ser artista. Fue bueno con el capote y las banderillas; más irregular con la muleta y las banderillas. De él dijo Guerrita al retirarse una de esas frases célebres del toreo: “Después de mí, nadie; y después de nadie, Fuentes”. Se retiró en 1914 en la plaza de las Arenas de Barcelona y falleció en Sevilla en mayo de 1938.

José García “El Algabeño” nació en La Algaba (Sevilla) en 1875. Actuó en 1900, 1903 y 1906. Fue un torero de arrojo singular y un coloso con la espada. Tenía una vigorosa personalidad y mantuvo su máximo apogeo en los años 1900 y 1901. Se retiró en 1912 y falleció en Sevilla en 1947.

Ricardo Torres “Bombita”, nacido en Tomares (Sevilla) en 1879, siguió el ejemplo de su hermano Emilio. Aparece en los carteles de 1900 a 1908 de forma continuada. Formó cartel en numerosas ocasiones con Fuentes y Machaquito, tenía un repertorio amplio con el capote, buen banderillero y dominador con la muleta. Fundó el Montepío de Toreros y falleció en Sevilla en 1936.

El trianero Antonio Montes (Sevilla, 1876) fue un torero de enorme personalidad y es considerado como precursor de la revolución de Belmonte. Actuó en las ferias de 1902, 1904 y 1906. Fue cogido por un toro en México y falleció el 17 d enero de 1907. En el traslado de su cadáver a España, un incendio del barco redujo a cenizas sus restos, que finalmente fueron trasladados a Sevilla.

El cordobés Rafael González “Machaquito” fue un espada de valor inmenso y estoqueador colosal. Toreó en 1904 su primera Feria y volvió en 1907 y 1908. Sufrió cornadas muy graves que no lograron quitarle ni un ápice de arrestos. Le concedieron la Cruz de Beneficencia por su hazaña al matar un toro en hinojosa del Duque, cuando se partió un tendido de la plaza y cayó el público al redondel. Se retiró en Madrid el 16 de octubre de 1913 el mismo día de la alternativa de Juan Belmonte. Falleció en Córdoba en 1955.

Al sevillano José Claros “Pepete” lo mató un toro de Miura en Murcia el 7 de septiembre de 1910. Pepete logró sensacionales triunfos en Sevilla, sobre todo porque tenía un valor fuera de lo corriente. Participó en las ferias de 1906, 1907 y 1909. Al sevillano Diego Puerta se le ha comparado con este Pepete de arrojo singular. En estos festejos de comienzos del siglo, hasta el año de su muerte, Pepete fue un ídolo en las corridas de Feria.

No se pueden olvidar otros toreros que fueron asiduos en Sevilla, como Lagartijo Chico, Manuel Mejías Bienvenida, padre de los famosos toreros, Moreno de Alcalá, otro valiente sin cuentos, Curro Martín Vázquez, el padre de los hermanos Manolo, Rafael y Pepín; el trianero Joaquín Navarro Quinito, un completo lidiador, Francisco Bonal Bonacillo, Manuel Jiménez “Chicuelo”, padre del gran torero sevillano que inventó la chicuelina; Enrique Vargas “Minuto” y Antonio de Dios “Conejito”, torero de Córdoba.

Fue histórica la corrida del 21 de abril de 1909, en un cartel formado por Pepete, Moreno de Alcalá y Curro Martín Vázquez. Los tres espadas acabaron en la enfermería heridos, también el picador Malasangre, y en el ruedo había un toro miureño. Quiso rematar el toro Reverte II, que estaba en tendido, y no le dejaron. El público quería que fuera Ricardo Bombita, pero no se le permitió. Se tiró de espontáneo Villarillo, que fue herido en el intento de acabar con el toro. Se devolvió a los corrales y el peón Pollo Posturas le atizó un bajonazo, que de forma sorprendente no hizo ningún efecto. Finalmente, con la espada dentro, el de Miura retornó a los corrales.

En la Feria de San Miguel de 1902 tomó la alternativa en la Maestranza Rafael El Gallo, en presencia de Emilio y Ricardo Bombita. El día 21 de abril de 1903 toreó su primera corrida en la Feria de Abril. En esta primera década del siglo, “El Divino Calvo”, toreó sólo en 1904 (la de Miura y dos más). A partir de 1910 fue más frecuente que actuara en el coso del Arenal. Hijo de Fernando El Gallo y hermano de Joselito, Rafael El Gallo fue un genio del toreo por artista, capacitado para imprimir a sus faenas las gotas de inspiración que concluían en obras de llenas de plástica y gracia toreras. Se despidió en 1918, volvió poco después y toreó la última en Barcelona en 1936. Fue genial para lo bueno y para lo malo. Es el primer espada prototipo de los artistas de inspiración que van de delirio al ridículo de las espantá. Vivió en Sevilla sus últimos años dejando siempre la impronta de su torería. Murió en la ciudad hispalense el 25 de mayo de 1960.

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