El prestigio de torear en Sevilla en otoño
La Feria de Abril de Sevilla nació bajo la inspiración de un vasco y un catalán, José María Ibarra y Narciso Bonaplata. La idea de ambos era que esa feria abrileña fuera centro del mercado agropecuario de la zona. Ese carácter ganadero de la Feria de Abril, desde su fundación en 1847, se perdió en pocos años. De tal forma que el propio Ibarra, en su primera decisión cuando accedió al cargo de Alcalde de Sevilla, promovió en 1875 una segunda feria de ganados en el otoño sevillano y que fue dedicada a San Miguel. Abril se había convertido en una Feria de luz y color con la fiesta como absoluta protagonista. Se imponía la feria agrícola y ganadera. Los días señalados fueron el 28, 29 y 30 de septiembre. Como es natural en Sevilla, desde el principio se celebraron con toros en la Real Maestranza.
La Feria de San Miguel alcanzó gran auge en sus comienzos, aunque el aspecto festivo también ganó terreno en contra de la feria agropecuaria. Aún así, los últimos años del siglo XIX y comienzos del XX son esplendorosos para este evento, que también se adornó con casetas particulares y de diversas entidades de la sociedad de Sevilla, que en El Prado de San Sebastián, el mismo recinto de Feria de Abril, duplicaban la actividad lúdica de la ciudad.
La actividad festiva de la Feria de San Miguel se perdió en 1936. En los años de la guerra civil no se celebró la Feria de Abril, aunque se mantuvo la feria ganadera de septiembre sin ninguna fiesta. Las corridas se reanudaron al final de la guerra y, a pesar del declive de la feria comercial, siempre hubo toros en Sevilla por San Miguel. La feria comercial se celebró por última vez en 1970. En adelante, como vestigio de la Feria, sólo quedaron los toros. En 2001 se quiso revitalizar este ciclo, aunque sin feria ganadera y con actividades lúdicas y culturales.
Desde sus inicios se celebraron en Sevilla dos corridas de toros por San Miguel. En general, los carteles eran de tipo medio. El primer acontecimiento notable de San Miguel tuvo lugar en 1912 con la alternativa de José Gómez “Gallito”, celebrada el 28 de septiembre en la plaza maestrante. El joven Gallito toreó las tres corridas de San Miguel, la última en mano a mano con su hermano Rafael El Gallo. Al año siguiente, el día 30 de septiembre, se despidió del toreo Ricardo Torres “Bombita”. En 1914 estuvo colosal El Gallo, pero más sonada fue la Feria de 1915 cuando el día 30 de septiembre Gallito cortó la primera oreja concedida en la Maestranza en un festejo en el que actuó en solitario.
En 1918 se inauguró en Sevilla una segunda plaza de toros de vida efímera: la Monumental de San Bernardo, levantada a impulsos de Gallito. También se sumó a las fiestas de San Miguel esta nueva plaza hasta el año 1920, último que abrió sus puertas para celebrar festejos taurinos. La postrera corrida se celebró el 29 de septiembre con triunfo de Rafael El Gallo, acompañado por Manolo Belmonte, Chicuelo y Granero.
El valenciano Manolo Granero toreó esa última corrida en la Monumental el día después de tomar la alternativa en la Maestranza el 28 de septiembre de 1920, de manos de Rafael El Gallo y con Chicuelo de testigo, en la lidia de toros de Concha y Sierra. En la temporada del 21, Granero, que moriría el 7 de mayo de 1922, toreó los dos festejos de San Miguel en la Maestranza.
En los años posteriores, por San Miguel siempre hubo corridas de postín, aunque el dueño de los años veinte en Sevilla era Manuel Jiménez “Chicuelo”, que llegó a cortar un rabo en la corrida del 29 de septiembre de 1924 a un toro de Concha y Sierra, lo mismo que hizo Juan Belmonte en la misma fecha de 1925. El fenómeno trianero fue otro espada muy asiduo en San Miguel y en estas fechas escribió páginas gloriosas sobre el albero maestrante.
El año 1929, el de Exposición, Feria de San Miguel creció para celebrar tres corridas de toros con espadas como Antonio Márquez, Antonio Posada y Marcial Lalanda. Triunfos sonados fueron los de Fermín Armillita en 1932 y el propio Belmonte en 1935. En estos años, la Feria de San Miguel se limitaba a una solitaria corrida de toros. Los años 1936 y 1937 no hay ni feria ganadera ni toros. En realidad, la feria ganadera ya no volvió a levantar cabeza. Siguió de forma casi simbólica hasta su desaparición en 1970.
El 29 de septiembre de 1940 toreó en San Miguel Pepe Luis Vázquez, que había tomado la alternativa el 15 de agosto del mimo año en la Maestranza. Pepe Luis fue otro abonado a estos festejos, mientras que Manolete, doctorado en Sevilla el 2 de julio de 1939, no toreó nunca por San Miguel en la Maestranza.
En la década de los años cincuenta aparecen nuevos nombres, como los de Manolo González, Antonio Ordóñez, Rafael Ortega, Juan Posada, Manolo dos Santos, Antonio Bienvenida, Joselito Huerta y Manolo Vázquez.
El 28 de septiembre de 1958 tomó la alternativa Diego Puerta de manos de Luis Miguel, que armó un auténtico alboroto en una de sus mejores tardes sevillanas. En 1960 triunfó Curro Romero. El Faraón de Camas ha sido un torero tan sevillano que ha toreado siempre en sus fechas más señaladas. Durante su largo período de mito sevillano, Curro levantó el Domingo de Resurrección, revitalizó San Miguel y le dio sello al 12 de octubre.
En el año 1967 los carteles son de lujo: Puerta, Romero, Ostos, Mondeño, Fuentes y El Cordobés. Este último cortó tres orejas el día 1 de octubre. Son años de carteles inolvidables. Torean El Viti, Rafael de Paula, Alfredo Leal, Limeño y Manolo Vázquez. Se nota la mano de Diodoro Canorea., aunque en los años setenta los carteles bajan de calidad. Así ocurre hasta el año 1981, cuando Manolo Vázquez había vuelto a los ruedos y Romero toreaba otra vez por San Miguel. En 1982, el 26 de septiembre, Paco Ojeda puso en San Miguel la primera piedra de su carrera, que tendría continuidad el 12 de octubre del mismo año cuando lidió en triunfo siete toros en la Maestranza.
La de 1984 fue emotiva. Unos días antes murió Paquirri en Pozoblanco y la Feria celebró los dos festejos en el mismo día, 29 de septiembre. En la matinal, Pepe Luis Vázquez Silva cuajó su mejor actuación en Sevilla. El año 1985 es el de las cuatro orejas de Pepe Luis Vargas. El 1 de octubre de 1988 cortó dos orejas a una de Torrestrella Roberto Domínguez.
En 1992 se celebraron tres corridas de toros con doblete de Curro. Emilio Muñoz abrió la Puerta del Príncipe en tarde inolvidable el 1 de octubre de 1995. Especialmente interesante fue la edición de 1998. El día 26 de septiembre lidió en solitario seis reses el madrileño Joselito, que fracasó y se retiró posteriormente. Al día siguiente se retiró, sólo de forma pasajera, Ortega Cano. En 1999 se retiró del toreo en Sevilla, el día 26 de septiembre, Miguel Báez Spínola “Litri”. Ese mismo día, Enrique Ponce abrió la Puerta del Príncipe por primera vez, y única de momento, en su dilatada carrera. En el año 2000, escándalo de significativa repercusión. Se caen del primer cartel Curro Romero, Manzanares y Morante. A consecuencias de este hecho, la empresa se negó a la celebración de un festival en la plaza sevillana, que posteriormente se celebró el 22 de octubre en La Algaba. Ese día, Curro se retiró del toreo.
El 29 de septiembre de 2001 se retiró del toreo Espartaco en un festejo con malos resultados. En 2002, éxito de Víctor Puerto y en 2003, gran tarde de Dávila Miura en la primera corrida con dos orejas.
No pasó gran cosa en 2004, aunque Dávila volvió a tocar pelo. En 2005 se celebró un solitario festejo al estar lesionado El Cid. Vilches cortó una oreja.
En 2006 El Cid culmina su intención de matar seis toros en Sevilla y abre la Puerta del Príncipe con cuatro orejas.
Poca trascendencia en 2007 y un hito histórico en 2008 porque sólo se celebró una novillada el viernes de San Miguel y las dos corridas fueron suspendidas por lluvia.
En 2009, triunfo de Daniel Luque que cortó dos orejas a un buen toro de Alcurrucén. Fue su mejor tarde en Sevilla hasta ea fecha