Paula_Morante - copiaJESÚS RODRÍGUEZ DE MOYA.– Lo de Rafael de Paula es propio de una persona enferma y como tal hay que tratarlo. Una vez dicho esto, a mi, que conozco a todos los que el cita, nada más se me ocurre dedicarle un calificativo: IMPRESENTABLE. Si habla de Curro solo debe hacerlo desde la admiración, que como TORERO ha estado a años luz de el y no hay comparación posible, sino, y ahí es donde falla Paula una vez más, como persona debe hablar desde el agradecimiento ya que no puede hablar mal de quien le ha ayudado en tantísimas ocasiones. Yo estaba allí ese día de la corrida de El Puerto y los hechos están muy lejos de lo que Paula manifiesta, y lo peor es que el lo sabe. Cuando aquella otra corrida de Jerez en la que Paula no fue capaz ni de arañar con la espada a ninguno de sus dos toros, por lo que fueron al corral lógicamente, Curro, después de cortar un rabo, se esperó para salir juntos de la plaza, renunciando a una más que merecida salida a hombros por la Puerta Grande. En fin, podría seguir refiriendo otras muchas ocasiones en las que Curro se ha portado como lo que es, un señor y un amigo de sus amigos.

Respecto a lo que dice de Álvaro Domecq, debo decirle que Álvaro es otro señor y que en esa casa siempre ha habido mucho señorío, cosa que Paula no puede apreciar ni de lejos por más muestras que le han dado en ella.
Lo de Morante es una cosa tan absurda que sólo puede venir de una persona, como he dicho, mentalmente enferma y se cae por su propio pie.

En resumen, Rafael de Paula realmente no puede ofender a estas personas, y mucho menos a CURRO, porque le falta categoría y no ofende quien quiere sino quien puede. Así que, Paula, aprenda usted que en boca cerrada no entran moscas y no venga con lo de que está en posesión de la verdad, ¿Qué verdad? ¿La suya? No le interesa a nadie, en serio, porque usted no es más que un mal recuerdo de un buen torero, humo que se pierde en el tiempo, pasado emborronado por mala persona.