El Cid_SantanderLuis Carlos Peris.- Por buen torero y excepcional amigo de sus amigos, desde aquí grito la alegría que me ha dado el recital en la plaza de Santander de Manuel Jesús El Cid con un albaserrada de Adolfo Martín. Se llamaba Madroñito, precioso nombre que ya ha entrado en el capítulo mejor de la historia de los toros bravos. Con sus repetidas embestidas humillando por la oscura arena de Cuatro Caminos ha permitido la reinserción de un torerazo. Manuel Jesús, saltereño de zurda prodigiosa, llevaba un tiempo intentando reencontrarse consigo y con su tauromaquia y la ha encontrado por la vía de una sustitución. Por esa vía se reencontraron muchos toreros a lo largo de la historia y Manuel Jesús ha sido el último que así ha podido reengancharse a su espacio natural. Da gusto verlo una y otra vez cómo, de rioja y azabache, dialoga con ese amigo inesperado que fue Madroñito.

A %d blogueros les gusta esto: