Carlos Crivell.– La corrida de Pallarés fue un espectáculo negativo por la falta de casta de los toros. Dentro de la sosería y la escasa acometividad, los que se jugaron como quinto y sexto fueron dos moruchos sin ninguna posibilidad. Con este material, la corrida solo tuvo dos actos dignos de ser reseñados.

El primero fue la digna faena de José Garrido al segundo de la tarde, toro que fue tan soso como noble. Ya con el capote, el torero extremeño dibujó verónicas de buen corte. Garrido lo intentó someter con toques fuertes para que humillara, lo que fue una misión imposible. Sin embargo, a base de insistir logró algunas tandas meritorias, lo que unido a una buena estocada le valió para pasear la única oreja de la tarde.

El resto de la tarde para Garrido fue un suplicio. El que hizo cuarto fue un toro mirón que le puso en aprietos para torearlo y más para matarlo, suerte en la que estuvo muy desafortunado. Lo mismo ocurrió con el sexto (se había corrido el turno con Miranda en la enfermería), solo que ahora el toro fue una prenda que no tenía nada de toro bravo, un morucho de tomo y lomo. Garrido no se dio coba y volvió a marrar con la espada.

El otro momento de interés de la tarde llegó en el tercero. David de Miranda toreó bien con el capote. Comenzó la faena de forma espectacular por bajo y uno de pecho enorme. El toro se desfondo y cuando intentaba dar uno de pecho lo alcanzó, lo levantó del suelo y lo caló. Herido, sin mirarse, siguió en el ruedo en una faena de valor seco apabullante. Falló con la espada y con el descabello. Se metió en la enfermería por su pie y ya no le dejaron salir a matar el quinto. No se perdió nada.

Tomó la alternativa José Antonio Lavado. Con su normal falta de rodaje, el nuevo matador de toros dio la cara en el de la alternativa con algunos muletazos con la izquierdo de mérito, todo ante un toro sin repetición. Se tuvo que enfrentar al quinto (sexto en origen), toro muy parado sin posibilidades. Estuvo entregado y salvó la papeleta.

Plaza de toros de Málaga, 12 de agosto de 2023. 2ª de Feria. Menos de media plaza. Seis toros de Pallarés, bien presentados y de muy mal juego por falta de casta. Se salvó el noble segundo. Amoruchados el quinto y sexto.
José Garrido, de visón y oro. Estocada desprendida (una oreja). En el cuarto, tres pinchazos, estocada caída y descabello (silencio tras aviso). En el sexto, dos pinchazos y descabello (silencio).
David de Miranda, de verde y oro. Estocada que asoma y ocho descabellos (saludos). Pasó a la enfermería.
José Antonio Lavado, de celeste y oro (alternativa). Estocada baja y tendida, pinchazo y media tendida (saludos). En el quinto, cuatro pinchazos y estocada (saludos).
Saludó en banderillas Javier Valdeoro. David de Miranda fue atendido de “Herida contusa de unos 8 cm en cara posterior de tercio superior de muslo izquierdo. Herida contusa de 5 cm en cara posterior de glúteo derecho sin afectación interna. Hematoma retroauricular derecho no expansivo. Firmado: Dra. De Luna. Pronóstico grave que le impide continuar la lidia. Es trasladado al Hospital Parque San Antonio”. Minuto de silencio en memoria del picador Salvador Herrero.