Manuel Escribano fue operado por segunda vez este lunes por la noche tras la grave cornada sufrida por la tarde en la plaza de toros conquense de Belmonte. El torero se desplazó a la Clínica Santa Cristina de Albacete, donde fue tratado por los doctores Pascual González Masegosa y Jesús Cuesta, que al explorar la herida observaron que por un drenaje salía sangre y decidieron abrir la herida, encontrando una hemorragia y una trayectoria de 15 centímetros hacia la zona inguinal.

Escribano ha pasado buena noche y se encuentra estable. Tras la intervención, el equipo médico emitió el siguiente parte médico:

“A su llegada a urgencias el paciente presenta una herida perianal derecha suturada y con drenaje de penrose que sale por incisión, además de varias heridas en la cara suturadas.

Al explorar la herida perianal y hacer presión en la zona de la región inguinal se comprueba una salida de sangre por el drenaje de penrose, motivo por el que se decide una reintervención de urgencias.

Con anestesia general se procede a la retirada de los puntos y del drenaje. Al realizar la exploración se observa una arteria muscular con hemorragia activa que se liga y una trayectoria de 15 centímetros con dirección a la región inguinal que produce una rotura de la musculatura adductora.

Se procede a la ampliación de la herida, Friedrich de herida, lavado de la herida, reconstrucción muscular y colocación de drenaje de penrose. Pronóstico grave.

Doctor González Masegosa”.

Manuel Escribano resultó herido durante el festejo celebrado este lunes en la plaza de la localidad conquense de Belmonte. El diestro sevillano fue prendido por su primer toro de Las Monjas, recibiendo una cornada que, según el equipo de prensa del torero, se localiza «en la parte superior interna del muslo derecho, llegando a la zona inguinal», añadiendo las mismas fuentes que, junto a la herida, el torero ha sufrido también «fuertes contusiones».

Toros de Las Monjas, bien presentados, deslucidos y sin clase. Manuel Escribano, cogido en el primero de su lote y trasladado a un centro hospitalario de Albacete con una cornada que llega a la zona inguinal; Emilio Huertas, silencio en el toro de Escribano, silencio y oreja; y Aitor Darío «El Gallo», silencio y oreja. Valentín Ruiz saludó tras banderillear al cuarto.

 

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