Carlos Crivell (Sevilla).

Eduardo y Antonio Miura acuden a la cita con el semblante tranquilo. Llegan del campo, de Zahariche, donde cada día siguen de cerca el acontecer de su ganadería. El año 2008 ha sido normal, cuentan ambos. La normalidad de una divisa que se mantiene en su sitio desde hace más de 150 años. Es Miura; sobran las palabras.

Eduardo hace un recorrido por la temporada de 2008. “Hemos lidiado nueve corridas de toros y dos novilladas. Comenzamos en Arles, donde la cosa estuvo bien. Luego fuimos a Sevilla, Nimes, Estepona, Pamplona, Beziers, Bayona, Mont de Marsan y acabamos en Zaragoza. Las novilladas se lidiaron en la plaza francesa de Carcason y en La Moraleja. Creo que la temporada ha sido normal, como tantas de Miura, con cosas buenas y otras menos buenas”.

Eduardo no acude a las plazas a ver las corridas de la casa, “sólo veo, y no completas, las que televisan”. Sin embargo, sus informadores le tienen muy bien informado. “La temporada ha ido de menos a más, aunque la corrida de Arles, que fue la primera fue bastante buena. La de Sevilla, sin chispa, no nos gustó. A partir de Pamplona todo comenzó a mejorar. Allí salió una corrida muy seria, es como si volviéramos a los viejos tiempos. La más completa fue la de Bayona; tal vez si se hubiera lidiado en otro sitio la repercusión hubiera sido diferente. En Beziers y en Mont de Marsan salieron algunos toros buenos y la de Zaragoza, que fue una corrida con mucho interés”.

Han lidiado dos novilladas con buenos resultados y tres toros para corridas concursos de ganaderías. “De las concursos, el de Arles y Vic Fezensac cumplieron, pero el de Ciudad Real no fue tan bueno”. Ha sacado Eduardo el tema de las corridas concursos, un tipo de festejos que no está en su apogeo. “Tienen aún algún sentido en Francia, donde el público acude con una mentalidad predispuesta a ver la lidia de un toro en su totalidad: en España los públicos han cambiado mucho y no la soportan con facilidad. Es como todo, en algunos casos tiene su vigencia y depende mucho de los públicos. Luego ocurre que, por mucho que uno busque, parece que sólo encuentra a los malos”.

Interviene Antonio Miura para matizar que “el año ha sido aceptable en nuestra línea, pero el ganadero siempre hace una reflexión al final del año y comprueba que han salido toros buenos y malos. El problema es que hay ver dónde han salido los buenos, porque si tienes la suerte de que los buenos salten a los ruedos de Sevilla, Madrid, Pamplona o plazas similares, de cara a la afición es importante y se dice que esa ganadería, en este caso Miura, ha echado una buena temporada. Pero si esos mismo toros salen en plazas de menos categoría, todo cambia, nadie sabe si Miura ha lidiado algún toro bueno en el año. Es una cuestión ligada a la suerte y pasa lo mismo que con los toreros, porque no vale cortar las orejas lo mismo en una plaza que otra”.

Habla Antonio de la suerte y deja caer que “también tiene su importancia el torero se lidia cada corrida”, En la casa Miura es tradición que haya todos los años algunas novilladas. Sobre ello tienen su opinión. “De tres años a cuatro años es un paso que se nota mucho en el comportamiento de las reses: No hay diferencia de cuatreño a cinqueño. En nuestra casa, sobre todo mi padre, siempre fue muy partidario de lidiar cinqueños. En estos momentos seguimos con muchos cinqueños. Nos gusta sacar cada año alguna novillada como costumbre familiar”. A pesar de ello, no es habitual ver novillos de Miura en plazas como Sevilla.”Es un problema de los pesos y de las hechuras. Los novillos suelen ser muy abrochaditos y, en general, pesan mucho. Alguna vez nos han rechazado utreros porque pesaban más de la cuenta”.

Se pone sobre la mesa el eterno dilema de los toreros de corridas como Miura. Eduardo aclara de entrada que “no me gusta que se hable de especialista para torear a nuestros toros. Se trata de capacidad para ponerse delante y entenderlos. Siempre pongo el ejemplo de los pintores. Todos los pintores cogen un pincel y cada uno hace su obra de arte, cada uno hace la suya, distinta, unas mejores y otras peores. El torero que más veces se ha anunciado con la de Miura en la Feria de Sevilla ha sido Pepe Luis Vázquez, un matador que era artista, pero que estaba dotado de una inteligencia privilegiada y que tenía el valor suficiente para ponerse en el sitio adecuado para resolver, luego, si el toro se dejaba, le daba muletazos llenos de una calidad insuperable. Pepe Luis ha cortado muchas orejas a nuestros toros, sería porque se dejaban. Si un toro no se deja, sea de la ganadería quesea, es imposible. Lo que pasa es que ante nuestros toros salen los matadores con la obsesión de que es Miura. A nuestros tentaderos van toreros que consideran que allí es donde de verdad se preparan para ponerse a punto”.

Tanto Eduardo como Antonio están satisfechos con los matadores que de forma habitual se enfrentan a sus corridas. “Son toreros que suelen matar treinta o cuarenta corridas. Nos preocupa cuando el torero tiene pocos festejos y llega a buscar su oportunidad en la de Miura. Es cierto que un matador más preparado puede resolver mejor los problemas, está bien que en ocasiones salga una figura y la lidie, pero es posible que no lo necesiten o que nadie se lo exija”.

Ambos insisten en que “los toreros se acuerdan mucho del hierro y eso les predispone para no estar tranquilos. Manzanares cuajó un toro de Miura en Valencia y siempre dijo que se había olvidado del hierro. A veces uno de Miura embiste bien y el toreo ni se lo cree. Al menor extraño, como es de Miura, el torero cambia su actitud ante el toro”. Es la psicosis de Miura. Eduardo matiza que “hay toros de otras ganaderías que se dejan dar muchos pases y acaban en las tablas, pero todo el mundo se acuerda de los cien pases. En Zaragoza, este mismo año, ningún toro nuestro se fue a las tablas, pero nadie cantó este detalle. Es fundamental observar la lidia de los toros en su totalidad. La de Zaragoza fue pronta y las faenas acabaron en el mismo sitio donde comenzaron. ¿Qué no permiten faenas largas? Tal vez sea preferible una faena más corta pero más intensa. A la afición le estamos dando muchos merengues y, aunque gusten, al final acaban cansando. En el tema del ganado hay que buscar la variedad”. La variedad en la Fiesta es necesaria para Eduardo y Antonio Miura, algo que pasa porque los toros tengan diferentes comportamientos. “El jamón serrano – dice Eduardo -llega a cansar”.

Y cuentan la anécdota de un espectador que nunca había ido a los toros hasta que vio la de Miura en Sevilla en 2007, día de heroicidades por parte de El Fundi, Padilla y Javier Valverde. La siguiente corrida que vio, en otra plaza, fue una corrida normal de estos tiempos. Este buen señor dijo que la de Sevilla era lo que quería ver siempre. En el repaso final, Eduardo matiza que “en el año 2009 repetiremos casi el mismo número de corridas. Acudiremos, como novedad a Istres, pero seguiremos en Arles, Sevilla, Pamplona, Bayona, Mont de Marsan, Zaragoza y llevaremos una de rejones a Portugal

LOS TOROS DEL AÑO

Antonio Miura hace un recorrido por los toros del año. “Me gustó el quinto de Pamplona, también el sexto, aunque comprendo que para el torero era muy complicado. Me tengo que acordar de un toro que lidió El Fundi en Arles, al que le dio una enorme cantidad de muletazos muy lentos y con gran relajación. El sexto de Mont de Marsan, varios de Bayona y alguno de Zaragoza”.

EL MANEJO DEL GANADO DE MIURA

Nada ha cambiado en Zahariche. “Los tentaderos se hacen como ya los hacía nuestro abuelo Antonio y nuestro tío Pepe. Nos gusta que los toreros paren las vacas de salida. Nosotros seguimos igual, como nos enseñó nuestro padre. Es un examen competo, la vemos en el caballo y en la muleta. Las tentamos de erales para utreras y los machos, en el campo abierto, de erales o poco más. Nuestros toros se corren desde hace mucho tiempo en el campo, porque es bueno para que hagan ejercicio y se peleen menos, algo peligroso en este encaste”.

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