Luis Carlos PerisPor Luis Carlos Peris


PARA decir Con Dios me sobran los motivos ha dicho Morante. Por fin habló el orfebre cigarrero y lo cierto es que no ha añadido nada nuevo. Una vez más, el clavo ardiendo de la falta de respeto como argumento para no acudir a la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Una falta de respeto que el irrespetuoso quiso paliar a tiempo en forma de una disculpa que los coletudos no aceptaron, aceptan ni aceptarán según se intuye. En fin, una disputa que parece que estaba larvada tiempo ha, pues de otra forma no se comprende tanta inquina hacia la empresa, pero en la que hay una víctima que no tiene culpa de nada, Sevilla. La afición es la gran perjudicada en este cisma y bien debiera Morante darse cuenta del calado de su envite, que como tanto repetía el inolvidable Diodoro Canorea, la plaza no se la llevan y ¿nunca más va a torear en su tierra?