Ayer falleció en Sevilla el gran banderillero Antonio Luque Gago a los 92 años de edad. Había nacido el 23 de enero de 1931 en la cuidad hispalense. Antonio era sobrino de Fernando y de Andrés Gago, apoderado de toreros, y hermano de otro gran banderillero, Andrés Luque Gago. La panadería del padre de los Luque Gago estaba en la calle Relator, a tan solo veinte metros de la casa donde vivían los Gallo. Su tío Fernando fue subalterno de Belmonte, Gitanillo, Arruza y Manolo Dos Santos. Él siempre les hablaba de Alfredo David como el peón más completo que había visto.

Antonio fue un novillero sin mucho ambiente. Su tío Andrés lo mandó a Salamanca, donde tentó muchas vacas. Sufrió un serio percance con fractura de una pierna, uno de los pocos de su vida, y ello le hizo quedarse atrás en su carrera. Antonio empezó a ir suelto como banderillero hasta que un día Luis Miguel se fijó en cómo fue a buscar un toro que de salida se había aquerenciado en la manga. Sustituyó en la cuadrilla de Luis Miguel a Angelete.

Tiene el récord de haber banderilleado ocho novillos en un mismo festejo en la Maestranza. Fueron veintiocho pares el año 1953. Lo sacaron a hombros de la plaza de Bogotá, hecho histórico que creemos no se ha vuelto a repetir. Fue en 1958 con toros de Torrocha. En la feria de Lima de 1959 se anunció los cinco días y lidió todos los toros. Era un ídolo en América. En muchos carteles se anunciaba en letras capitulares: Antonio Luque Gago banderilleará todos los toros. Antonio toreaba sesenta o setenta corridas al año y que las de América las cobraba en dólares.

Anduvo en las cuadrillas de Luis Procuna, Parrita, Mondeño, Chicuelo II, Litri y el citado Luis Miguel Dominguín entre muchísimos otros. Estuvo en activo casi sus cincuenta años, cuando acompañaba a la albaceteña Maribel Atiénzar, su último jefe de filas. Su único percance, aparte de la fractura en la pierna de novillero, fue una pequeña herida incisa en la mano derecha causada por un toro de Juan Mari en Barcelona en 1973. Ninguna cornada en su larga trayectoria.

Tras su retirada en septiembre de 1979, llevó una vida discreta muy alejado de los cosos taurinos. En Sevilla siempre se le recordará por su enorme calidad como banderillero y aquella hazaña de los 28 pares en un festival benéfico en 1953.

En el día de hoy sus restos han sido incinerados en el tanatorio de San José de la Rinconada.