Con la lluvia como invitado molesto, cuatro novilleros debutaron con picadores en la matinal de Olivenza. La novillada de El Juli fue muy buena. El toreo de más calidad lo firmó Posada de Maravillas. Debutó Lama con apuntes buenos sin remate.

Plaza de Olivenza. Casi tres cuartos de plaza. 3-3-13. Matinal. Lluvia. Ocho novillos de El Freixo, bien presentados y de buen juego. El séptimo, de nombre Corremantas, fue indultado. Garrido y Posada salieron a hombros con el mayoral de la ganadería.
Miguel Ángel Silva, azul pavo y oro, una oreja tras aviso y ovación.
José Garrido, grana y oro, dos orejas y una oreja.
Posada de Maravillas, agua mar y oro, dos orejas y dos orejas y rabo simbólicas.
Lama de Góngora, celeste y oro, una oreja y palmas tras aviso.

Carlos Crivell.- Olivenza

La matinal se planteó con cuatro novilleros debutantes con picadores. Fue un festejo largo pero nunca pesado. Los cuatro se entregaron en busca del triunfo y encontraron la posibilidad del mismo con la muy bien presentada novillada de El Juli, que además dio un juego superior. Dentro de buen nivel de los novillos, el que se lidió como sétimo de la mañana, de nombre Corremantas, nº 39, de 460 kilos, embistió con clase cada vez que su lidiador le puso la muleta. La plaza pidió el indulto y el perdón le fue otorgado. Había cumplido en un solitario puyazo porque en Olivenza las reses sólo pasan una vez por el caballo. Siempre se discutirá la justicia de un indulto. Es posible que al novillo le faltara algo para ser ideal, pero no cabe ninguna duda que fue de una clase suprema.

Sorprendió en ese astado y en el anterior de su lote el torero de dinastía Posada de Maravillas, que a pesar de los nervios de una fecha tan señalada logró muletazos enormes por su lentitud, temple y regusto. Lo avisó con el tercero, otro novillo bueno, en el que logró dibujar pases con la izquierda de una estética sobresaliente. La faena al del indulto fue más maciza, siempre con ese toreo al natural bellísimo. Este Posada sabe torear muy bien. Si mantiene este nivel llegará lejos.

Abrió la mañana Miguel Ángel Silva, que volvía después de la gravísima cornada que sufrió en la pasada temporada. Es un torero de garra, muy alto, que logró torear bien al que abrió plaza, sobre todo por la derecha. El segundo de su lote se lastimó al derrotar en un burladero y llegó sin fuerzas a la muleta. Fue una lástima que Silva no pudiera rematar su mañana.

El caso de José Garrido es muy claro. Ya de novillero sin caballos se aventuraba que tenía algo impagable: una inteligencia torera poco común. Lo volvió a demostrar en su actuación en Olivenza. Muy bien en todos los momentos en los que intervino, variado con el capote, muy templado siempre y con las ideas muy claras. Además mató de forma soberbia a sus oponentes. Garrido dará que hablar.

Y también dará lugar al comentario el sevillano Lama de Góngora, que no tuvo mucha fortuna en el lote. Su torero de capote, sobre todo unas maravillosas chicuelinas, su gracia innata en los comienzos de ambas faenas, así como su buen sentido estético auguran un torero más que interesante. Sin embargo, a Lama hay que pedirme un poco más de lo ofrecido en este debut. Tal vez pagara su inexperiencia, o incluso le desbordara la presencia de muchos sevillanos llegados expresamente para verlo, pero en algunos momentos se mostró muy acelerado.

Foto: Álvaro Pastor Torres
 

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