GastónRamirez2014Gastón Ramírez Cuevas.- Padilla estuvo en Padilla toda la tarde, es decir, entregado, bullidor y carismático. En su primero se fue a porta gayola, puso banderillas, toreó de rodillas, y pegó estimables muletazos sueltos. De haber matado a la primera…

La oreja del quinto la hubiera merecido aun sin pegar pases con la muleta, ya que toreó a la verónica como nunca y mató como mandan los cánones. Sus lances de recibo dejaron sin habla a los pocos buenos aficionados que acuden a esta tradicional corrida populachera, pues (hay que decirlo) El Ciclón de Jerez no se distingue por la exquisitez de su tauromaquia. Fue un portento ver a Padilla desmayando los brazos en lances larguísimos, templados a más no poder y de gran elegancia. Remató con una media belmontina enorme y una revolera memorable.

Luego cubrió el segundo tercio con lucimiento, clavando dos pares de poder a poder y uno al sesgo por fuera asomándose al balcón. Su labor muleteril tuvo su momento cumbre en una tanda de naturales de muy buena factura. Hizo la cruz como le enseñó su maestro Rafael Ortega y cortó la oreja más solicitada en lo que va de la feria.

Lo demás fue lo de menos, lo de mucho menos.

El dichoso Cordobés ni siquiera estuvo simpático, ni siquiera sonrió a los tendidos. Manuel Díaz parecía librar una batalla muy sangrienta contra la mandanga y la abulia; desgraciadamente, la perdió. En el segundo de su lote la gente le gritó de todo: ¡Ratero! ¡Vete a la tele! ¡Fuera! Quizá, como Castella, Luque y alguno más, ha sido mordido por un zombi y ahora vagabundea vestido de luces con cara triste, haciendo gala de su torpeza y su indiferencia.

El Fandi protagonizó otra batalla crudelísima, pero la suya fue contra el toreo inteligente, la quietud y el buen gusto. Le informo a usted, amable lector, que Fandila –lamentablemente- se alzó con el triunfo, derrotando al arte de Cúchares por nocaut.

Afortunadamente para el granadino, el sábado de farolillos los tendidos están llenos de papanatas, badulaques y demás especímenes verbeneros, los cuales le festejan todos sus desatinos. Pero, seamos justos, creo que el ex-campeón de esquí clavó un buen par al violín y pare usted de contar.

A menos que hoy pase algo tremendamente espectacular en la última corrida de la feria, los jurados sevillanos van a vérselas negras para conceder sus trofeos, galardones y reconocimientos.

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