Peris2Luis Carlos Peris.- Pensando en lo ocurrido el domingo en la plaza de El Puerto, en esa que se ha dado en llamar la tarde de los pitones rotos no encuentro otra explicación que la de que se debió a un accidente. Uno de esos accidentes que no tienen explicación, pero que surgen en cualquier faceta de la vida. Que tres toros sufran el mismo percance se ve aún más agrandado con el hecho de que fuesen del mismo torero. Hecho creo que insólito y, por supuesto, inaudito que debió ser fruto de la casualidad. Tras el festejo, las versiones iban desde esas fundas que algunos ganaderos usan para los pitones de sus toros a fin de que lleguen impolutos a la plaza hasta lo del abuso del mueco para las muchas revisiones sanitarias que un toro pasa. Mueco para revisiones y para otra práctica muy antigua, la del afeitado, y práctica que hoy no se persigue con el esmero debido. ¿Fue sólo un accidente?

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