Carlos Crivell.- Javier Zulueta no parece un nombre muy taurino, ni mucho menos el nombre de un torero sevillano. En todo caso, podría ser el de un torero vasco. Pero Zulueta es muy sevillano, hijo y nieto de alguacilillos de la plaza de toros de Sevilla y sobrino político del ganadero Gabriel Rojas. Y ya sabemos que el nombre no hace al artista. Zulueta se ha convertido en la nueva ilusión del toreo sevillano, que es tanto como decir del todo el toreo. El camino es largo y complejo, pero de momento ahí quedan sus exquisitas maneras, su elegancia innata, su porte clásico, la templanza de sus formas y una realidad como novillero sin caballos aplastante, porque por donde ha pasado ha dejado la huella de sus excelentes condiciones. Debutará con caballos en Olivenza el 3 de marzo y se anunciará en Valencia por Fallas, lo que quiere decir que la apuesta es firme. Se han hecho cargo de su destino el gerente de la empresa Pagés, Ramón Valencia, junto a su hijo, lo que es una garantía para asegurar su presencia en numerosos festejos de postín. Para anunciar su debut con caballos en las tierras extremeñas, a primeros de enero se organizará un acto en el Ayuntamiento de Sevilla para dar a conocer la buena nueva y el comienzo de una carrera que se vislumbra más que apasionante. El futuro llega a velocidad de vértigo, será una puesta en escena fastuosa para que Zulueta deje de ser un apellido taurino algo extraño y se convierta en uno de los mayores atractivos de toreo sevillano en los años venideros.

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