Espartinas

Espartaco y Morante rivalizan sobre el albero

La localidad sevillana de Espartinas ha vivido un fin de semana taurino muy intenso. El esfuerzo del Ayuntamiento para lograr que este pueblo tenga peso en la fiesta se puede conseguir si se persevera en esta línea. De todo lo ocurrido en los tres espectáculos debe destacarse el mano a mano entre Espartaco y Morante, que lograron llenar la plaza y rivalizaron cada uno con su estilo. La novillada fue interesante y no dejó buen sabor de boca la llamada Corrida Moderna de Salvador Távora.

Las lluvias del fin de semana de San José obligaron a organizar los festejos en este de Pasión. El plato fuerte era el mano a mano, pero no debía perderse de vista la novillada. Como aditivo, el ensayo de lo que se ha dado en llamar Corrida Moderna.

La mañana del domingo fue espléndida. La plaza de Espartinas se llenó a rebozar para ver en competencia a Espartaco y a Morante de la Puebla. Los ardedores del coso bullían de ambiente. Nadie había querido faltar a la cita, tampoco el actor Adrien Brody, que en estas fechas anda inmerso en la piel de Manolete para el rodaje de una película.

La primera sorpresa fue comprobar que Espartaco está en mejor forma física que hace un año. El torero está más enjuto, sus movimientos transmiten más seguridad y todo ello se traduce en más tranquilidad en la cara del toro. Su mañana fue redonda. Se lució con el capote en diversos momentos de la lidia, pero fue con la muleta donde logró sus momentos más brillantes.

De la corrida de Cuvillo llamó mucho la atención que varios toros lucieron defensas astifinas. El menos aparente fue el escuálido segundo, pero fue un lote de toros de presentación sobrada, fuerzas justas y de juego variado. El primero, cuarto y quinto fueron los mejores.

Espartaco estuvo por encima del primero, toro al que enceló en una faena muy compacta con algunas tandas por ambos pitones de mucho temple y remate con los de pecho muy ligados. A este primero de la mañana lo mató de una estocada de ejecución perfecta. El tercero fue muy blando y su labor fue de mantenimiento en la primera fase para acabar con pases al natural más profundos. La espada viajó con desacierto.

Con el que finiquitó su mañana, Espartaco volvió a mostrase con mucha ambición de triunfo y gran dominio de la situación. El torero está en mejor forma que en antes de su retirada. La faena comenzó de rodillas, siguió con toreo por ambos pitones con temple y sin apreturas, para acabar con desplantes y todo el aparato escénico del Espartaco de todos los tiempos.

Morante se llevó los dos de Cuvillo de menos nota. Al lidiado como segundo, de poca presencia, le hizo una faena de perfiles exquisitos, aunque en algún momento fue algo más que de detalles, porque apareció la ligazón perfecta, siempre con pases de una carga de profundidad y una gracia sin comparación con nada de lo que ahora pulula en los ruedos.

Su gran actuación fue en el cuarto de la mañana. El toreo a la verónica fue intenso y profundo en los lances de recibo. Luego dibujó el cartel del festejo en tres chicuelinas y media imposibles de contar. La faena fue una sucesión tandas por ambos pitones con la mano baja, mando total y largura infinita. Fue Morante en plenitud. Todo este toreo tan bello lo realizó con una valor impropio de los artistas. Cada pase surgía de un espada con las zapatillas hundidas en la arena del coso. Una faena que finalizó con pases de costadillo, trincherillas, de la firma, molinetes, es decir con una apoteosis de la gracia torero sevillana. Todo esto no se refrendó con la espada.

Lo que se presumía como una fiesta en el sexto, quedó en una labor de apuntes ante un toro cobarde que se rajó pronto y puso todas las dificultades posibles para impedir otra cumbre de Morante.

La corrida había comenzado con un homenaje sentido a la figura de Antonio Ruiz “Espartaco”, fundador de la dinastía y actualmente al frente de la Escuela de Espartinas. Los propios alumnos lo pasearon a hombros por el ruedo. Como detalle premonitorio, Juan Antonio llevaba de la mano a un chavalito rubio de unos 4 años. Es Juan, el último de los Espartaco.

De esa Escuela es Agustín de Espartinas, que en la mañana del sábado dejó muy claros sus progresos. Este joven le cortó dos orejas a un novillo de Barral que al principio se quedó corto. Con buena técnica, Agustín tiró del animal en una labor de mucho mando y dominio para encadenar tandas meritorias. Esto mismo no lo hizo en el quinto, un animal más incómodo pero ante el que se mostró atolondrado.

La mayor sorpresa de la novillada matinal fue Salvador Fuentes, un torero espigado pero que tiene el secreto del temple. Al muy buen astado tercero le hizo una faena de mucha calidad, logrando tandas de pases largos y templados por ambos lados. Además, Fuentes imprime muy buen gusto a lo que hace, algo nada fácil con su estatura. El sexto fue un novillo distinto, pero Salvador, que es valiente, se mostró firme para lograr buenos muletazos. En ambos se tiró a matar de verdad y fue el gran triunfador de la mañana del sábado.

Currito fue un compendio de voluntad y ganas. En algunos momentos logró tandas más meritorias y otras veces pecó de torear con alguna rapidez y envaramiento. Los instantes más brillantes los alcanzó en el cuarto, al que le ligó varias tandas de buen corte.

La novillada de Barral buen buena con algunos reparos. Lo menos bueno de esta jornada del sábado fue que acudió poca gente a ver a los que están dando sus primeros pasos.

Desafortunada Corrida Moderna

La llamada Corrida Moderna en versión de Salvador Távora no funcionó. Se pretendía mayor dinamismo, pero la realidad es que apenas se pudo comprobar que las cosas fueran diferentes. Lo que sí se notó es que no había picadores. A la fiesta de los toros no se le pueden hurtar partes fundamentales de su contenido. Si se quita la suerte de varas la lidia es distinta y no se puede apreciar la bravura del toro. Sobraron elementos añadidos como una música enlatada que aparece y desaparece de forma sorpresiva, además que estuvo seleccionada de forma poco apropiada. El detalle de rejoneadores actuando junto a los banderilleros provoca agravios comparativos. A los caballeros se les perdona que claven en cualquier parte de la anatomía de los toros, mientras que a los toreros se les exige que claven en lo alto. Pasa lo mismo con la suerte suprema. Al rejoneador se le permite matar de rejonazos traseros y bajos, mientras que al matador le obligan a clavar en las péndolas. En este festejo, el mayor contraste llegó con la presencia de los recortadores, cuyos méritos nadie discute, pero que es un sacrilegio que actúen junto a los toreros a pie, mucho más cuando uno de ellos ha sido cogido de forma dramática por querer poner un par de poder a poder. Fue el caso de El Chano, que en un alarde da casta salió a banderillear después de ser cogido de forma impresionante. No estaba en condiciones y fue cogido de nuevo. Ahora la impresión fue muy grande y todos pensaron que había ocurrido algo muy serio. Por fortuna, El Chano sufrió una soberana paliza y se recuperará pronto.

En los aspectos taurinos, Juan Manuel Benítez anduvo decoroso con un toro sin calidad. Fue cogido sin consecuencias y lo mató muy bien. Fernández Pineda se enfrentó a un marrajo y estuvo valiente t entregado, llegando a lograr pases con la izquierda de enorme mérito. Los rejoneadores Pedro Calero y David Vázquez clavaron arpones, rosa y banderillas y mataron con brevedad. Hay que recordar que hasta el rabo todo es toro.
Por tanto, un espectáculo no apto para los buenos aficionados.

FICHAS DE LOS FESTEJOS

Novillada del 8-4-06

Ganadería: seis novillos de María José Barral, correctos de presencia y de buen juego en conjunto. Los mejores fueron el tercero y el cuarto.
Currito: oreja y oreja.
Agustín de Espartinas: dos orejas y ovación.
Salvador Fuentes: dos orejas y dos orejas.
Espartinas, 8 de abril de 2006. Matinal. Un cuarto de plaza. Los tres novilleros salieron a hombros.

Corrida moderna del 8-4-06 Tarde

Viento Verde / Juan Manuel Benítez, Fernández Pineda, Arte Valenciano, Pedro Calero y David Vázquez

Ganadería: cinco toros de Viento Verde, el tercero para recortadores, discretos de presencia y de mal juego por mansos y falta de raza.

Juan Manuel Benítez: una oreja.
Pedro Calero: dos orejas.
Fernández Pineda: una oreja.
David Vázquez: dos orejas.

Espartinas, 8 de abril de 2006. Corrida Moderna dirigida por Salvador Távora. Media entrada. El banderillero El Chano fue cogido en dos ocasiones en al lidia del cuarto. Fue asistido en la enfermería de contusiones varias en parrilla costal derecha, regio dorsal, escoriación de ala izquierda nasal y herida en región frontal. Se curan las heridas y se inmoviliza la parrilla costal. Pasa al Hospital de Aljarafe para estudio. Pronóstico leve salvo complicaciones. Benítez fue asistido de traumatismo costal izquierdo.

Corrida del 9-4-06

Ganadería: seis toros de Núñez del Cuvillo, desiguales de presencia y juego. Desentonó el muy escurrido segundo. Algunos fueron astifinos. De muy buen juego los lidiados en primero, cuarto y quinto lugares.

Espartaco: dos orejas, ovación y dos orejas.
Morante de la Puebla: ovación, oreja y oreja.

Espartinas, 9 de abril de 2006. Lleno en festejo matinal. Saludó en banderillas José Chacón. Espartaco y Morante salieron a hombros. Presenció la corrida el actor Adrien Brody, que protagoniza la película de Manolete. Tras el paseíllo fue homenajeado Antonio Ruiz “Espartaco”, fundador de la dinastía de Espartaco y profesor de la Escuela Taurina de la localidad.

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