Desde esta tarde al domingo se celebrará en la Real Maestranza la feria de San Miguel, que ya ni es feria ni es nada aunque la tradición taurina impone su celebración. Sólo se ha mantenido por la fuerza de la costumbre, pero la realidad es que los atractivos de San Miguel han sido muy escasos en los años recientes.

En esta ocasión, a pesar de la falta de interés, la empresa Pagés ha subido el número de festejos, tal vez aprovechando que el Ayuntamiento había comenzado a impulsar los festejos en estas fechas en los terrenos de la Feria de Abril. El aumento a tres corridas ha tenido como contrapartida un serio recorte a estos otros eventos, que se han ido a Fibes y que supone un intento de prolongar con vida a un moribundo sin posibilidades.

Serán tres festejos en el coso del Baratillo y unos espectáculos que tienen alguna connotación taurina y programadas con buena voluntad- La realidad es que la empresa se lo pensará mucho en la próxima edición y es más que seguro que se vuelva a los dos festejos.

La Feria tiene como colchón salvavidas un abono pagad en marzo, que permite su programación y también un moderado desdén en la confección de los carteles. El abono permite anunciar tres espectáculos con espadas y rejoneadores que no son los más interesantes del momento. Se puede repetir de nuevo la pregunta: