Buena tarde de toros con buenos detalles a cargo de maatdores y sus cuadrillas. Se puso el no hay billetes y sólo alguna ráfaga de viento enturbió una brillante jornada.

La música, sin freno. La banda de Tejera anduvo muy desigual. Tocó antes de tiempo algunas veces – en la del primero, por ejemplo –, aunque lo más curioso fue que se precipitó en las banderillas del quinto. Alcalareño había puesto un gran par y en el segundo se le cayó un palo. La música se lanzó a tocar y luego el gran banderillero sevillano ni se desmonteró. Hay que tener paciencia. Ayer, por cierto, la banda pudo tocar el pasodoble El Cid, de Abel Moreno.
Cuadrillas. Además de Alcalareño, fue la tarde de El Boni. Estuvo torero y postinero. Colocó un gran par y lidió de manera admirable al quinto. Buena actuación del Niño de Leganés, que sufrió dos apretones de peligro en el cuarto. Bien Valentín Lujan con el capote.

Trabajo para los carpinteros. El burladero del tendido 6 sufre los embates de los toros. Raro es el día en que los carpinteros no deben trabajar para colocar las maderas destrozadas por los toros.

Cabestros eficaces. Pocasveces han salido los cabestros, pero su trabajo ha sido bueno en general, algo que la plaza agradece por lo que tiene de ganancia de tiempo.

Los caramelos. Cuando un torero pasa por la puerta de arrastre en triunfo, allí está el empleado de los caramelos. Es una imagen entrañable.
 

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