Carlos Crivell.– Los buenos lances del quite de Diego Urdiales, la estocada de Cayetano al segundo, la disposición de la terna, algunos detalles de cada torero en algún momento de sus faenas, esto es lo que se puede entresacar de una tarde soporífera en el jueves de farolillos en la Maestranza. La buena voluntad superó a un lote de toros mortecinos, carentes de fuerzas, mansurrones, escasos de clase, de los que solo se puede valorar como positivo alguna nobleza del segundo, cuarto y sexto.

La tarde venía con un ambiente pesado. La entrada en la plaza fue pobre para la importancia de la fecha, aunque la esperada por el cartel. Los que llegaban preguntaban qué está pasando en la Feria para que se corten tantas orejas y ya se haya abierto cuatro veces la del Príncipe. El encuentro en un pasillo no da tiempo a muchas explicaciones. ¿Embestirá la de Matilla?, me pregunta un amigo. Hombre, el año pasado en San Miguel fue buena. Se supone que debe ser parecida. Vamos a esperar.

El primero, cinqueño, era feo con ganas. No podía embestir y no lo hizo. Sin clase ni entrega, rajado al final, Urdiales anduvo por allí sin lograr nada positivo. Le dije a mi amigo que este primero debía ser el malo de la corrida, que siempre echan por delante.

El segundo tenía el mismo nombre y tenía mejores hechuras. Tenía pocas fuerzas y una cierta dosis de nobleza, lo que permitió que Cayetano se mostrara dispuesto y con muy buenas maneras en una faena discontinua, pero con ramalazos de majestad y empaque. Dibujó un cambio de manos monumental. A su faena le sobraron ganas y le faltó toro. La estocada fue de las buenas de la feria.

El tercero, de nombre Ateo, era de la familia de otro del mismo nombre al que El Juli le cortó una oreja en septiembre. Estaba cogido con pinzas malas y se cayó varias veces en los primeros tercios. Soltó mucho la cara en embestidas defensivas. Paco Ureña anduvo entregado, dibujó buenos pases sueltos y llegó a ser volteado sin consecuencias. Alargó la faena, escuchó el primer aviso antes de entrar a matar y todo se hizo premioso y cansino.

El cuarto fue otro de los nobles sin fuerzas, Pasó por el caballo de forma simbólica, detalle que fue común a toda la corrida. El quite de Ureña a la verónica fue sensacional, tal vez el punto álgido de la tarde. El animal fue noble, pero informal y de escasa calidad. A Diego le constó mucho acoplarse, le dio muchos muletazos, algunos de corte exquisito, sobre todo los trincherazos, pero a su labor le faltó continuidad. No pudo ligar los pases y al final surgió un cambio de mano de belleza insultante. Un feo desarme por alargar su labor le quitó brillo al conjunto.

El quinto fue otro de los feos de la corrida. Abierto de cuerna y algo pitorrito, fue blando y manso. La lidia surgió desordenada, a tenor de las condiciones del animal. Las tandas de Cayetano fueron muy cortas, uno o dos muletazos solamente, con el toro ya metido en las tablas. Ahora le pegó un sablazo en los bajos y todos contentos.

El sexto era castaño, lo que despertó al público, cansado de tanto toro negro sin fondo de bravura ni casta. Pero el castaño era hermano de los toros anteriores. Tuvo cierta bondad, pero mucha informalidad. Paco Ureña volvió a estar muy dispuesto, se la puso bien por ambos pitones, logros pases sueltos de calidad, dentro de un conjunto poco hilvanado. Se pidió la oreja sin convicción y el palco, con un criterio lógico, la negó. Cualquier tarde anterior se hubiera concedido. Y así acabó el soponcio de corrida, lastrada por la falta de casta y la mansedumbre de los toros de Matilla. En septiembre se podrá sacar la espina, aunque después de esto lo normal sería quitarlo del cartel.

Plaza de toros de Sevilla, 5 de mayo de 2022. 11ª de abono. Más de media plaza. Seis toros de Hermanos García Jiménez, en general correctos de presentación y de mal juego por falta de fuerzas, desclasados y mansos. Se dejó el noble segundo, algo informal, así como en sexto, aunque rajado al final.

Diego Urdiales, de verde mar y oro. Estocada perpendicular y trasera y un descabello (silencio). En el cuarto, estocada (saludos).

Cayetano, de rosa y oro. Buena estocada (saludos). En el quinto, estocada baja (silencio).

Paco Ureña, de carmelita y oro. Estocada atravesada (saludos tras dos avisos). En el sexto, estocada tendida (saludos tras aviso).   

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