Javier Castaño tiene una buena cuadrilla tanto a caballo como de banderilleros. Permite que David Adalid ponga los palos a los dos toros, mientras que Marcos Galán los lidia. Adalid y el tercero, Ferndo Sánchez, son muy buenos. Cuajaron dos inolvidables tercios de banderillas, el primero con música incluida. Este detalle es de los que engrandece el toreo, tan necesitado de variedad y novedad. Soberbia la cuadrilla y mención de honor para el jefe que facilita su lucimiento.
EL CANTE. En los comienzos de la faena de Escribano al sexto, un espectador cantó un fandango desde los tendidos de sol. El momento fue curioso, ya que Escribano siguió toreando sin inmutarse y el señor acabó con su cante. La música sonó después para acompañar la faena del torero de Gerena.
CUADRILLAS. Además de la cuadrilla de Castaño, buena labor de Ignacio González en la lidia, lo mismo que la de Joselito Rus.
LOS BUEYES. La parada de bueyes salió, hizo sus necesidades y el toro cuarto, devuelto, se fue a punta de capote a los corrales. La parada ha cubierto una buena feria.
TOQUE FINAL. Los clarineros suelen lucirse en el último toque de la Feria que anuncia el cambio de tercio. En el sexto surgió el toque alargado y llamativo que fue recogido con una ovación por la plaza. Luego llegó la apoteosis de Manuel Escribano.
Nacido en Sevilla en el barrio del Arenal, en la calle Pastor y Landero, frente a la Maestranza. Aficionado a los toros desde su infancia gracias al ejemplo paterno, un viejo amante de la fiesta que vio torear a Guerrita. Abonado de la Real Maestranza desde pequeño. 