Espectáculo penoso en la Maestranza con una corrida blanda, descastada y pobre de Juan Pedro Domecq. La terna se estrelló con estos elementos. Se podría decir que después de tres días sin toros, de nuevo se quedó sin un festejo digno la Feria de Sevilla.
Seis toros de Juan Pedro Domecq justos de trapío, inválidos y con los pitones reventados. Impresentables, mansos y sin casta. Segundo, tercero y sexto, devueltos. Sobreros de La Dehesilla, segundo bis, manso con dificultades; de José Luis Pereda, tercero bis, con mucho genio; y de El Serrano, sexto bis, inválido.
Curro Díaz: protestas tras aviso (dos pinchazos, media y ocho descabellos) y silencio (estocada y descabello).
El Cid: aplausos (dos pinchazos y estocada) y silencio (dos pinchazos, media tendida y descabello).
Miguel ángel Perera: silencio (estocada) y silencio (bajonazo).
Plaza de La Maestranza, 11 de abril. No hay billetes.
Cuarto día sin toros en la Maestranza
Carlos Crivell
Después de tres días sin corridas en la Maestranza, ayer viernes tampoco hubo festejo digno del tal nombre. Se cumplieron todas las previsiones; los antecedentes de Juan Pedro en esta Feria condenaban al fracaso el espectáculo de un viernes de farolillos. Mala suerte; después de tres suspensiones, la Maestranza se quedó sin corrida de toros, porque lo de ayer, sinceramente, no puede ser llamado de esa forma.
Tres toros a los corrales entre la santa paciencia de un público que merece un homenaje. No cabe más resignación al comprobar que ni los titulares ni los sobreros propiciaban la posibilidad de una faena de mérito. Las únicas palmas de la tarde fueron para el cabestrero, algo que da una idea de la hecatombe vivida durante este festejo.
Los toros de Juan Pedro que saltaron al ruedo estaban mal presentados. La palma negativa se la llevaron el tercero