Leonardo Hernández repitió el triunfo del año pasado y volvió a cortar dos orejas para salir a hombros por la puerta principal de la plaza. De sus compañeros, los mejores, Galán y Moura. Andy Cartagena se llevó una oreja por matar pronto

Seis toros de Murube, reglamentariamente despuntados para rejones, correctos de presencia y juego variado. En general, mansos y reservones. Los mejores, el tercero y el quinto.

Antonio Domecq, palmas.
Rui Fernandes, silencio.
Andy Cartagena, una oreja.
Sergio Galán, ovación.
Joao Moura hijo, vuelta al ruedo.
Leonardo Hernández, dos orejas.

Plaza de la Real Maestranza de Sevilla. Matinal de rejones. Casi lleno.

Carlos Crivell.- Sevilla

De nuevo avisó Leonardo Hernández sobre sus condiciones como rejoneador de élite. Ya el pasado año dejó sus credenciales en la plaza sevillana. Su labor en la matinal fue un modelo de buena doma y exactitud a la hora de clavar, todo ello con la suficiente espectacularidad para lograr una amalgama perfecta. El sexto de Murube fue a menos, pero Leonardo lo paró en el centro con maestría. Colocó rejones y banderillas con temple, lo llevó a dos pistas cerca de las tablas con milimétrica precisión y quebró en el centro para clavar los garapullos de forma admirable. Cuando el animal se entableró, Leonardo lo sacó y toreó a caballo para seguir su lección magistral. Las cortas al violín fueron la rúbrica que antecedió a un certero rejón. Las dos orejas fueron el premio a su gran actuación, al tiempo que se confirma de puede estar en los mejores carteles con toda justicia.

Cortó una oreja Andy Cartagena por una labor irregular. El caballero levantino abusó de las piruetas antes de clavar, lo que hizo con notable desigualdad. Los balanceos de sus cabalgaduras fueron la nota común, para luego seguir con algunos momentos de mayor ortodoxia. Como mató a la primera se llevó una oreja que no se ganó con su toreo.

Debió cortar trofeos Sergio Galán, que realizó una faena de una pulcritud máxima, tratando siempre de clavar en el centro del ruedo y citando de frente. Su labor, muy torera, no llegó a los tendidos en su verdadera dimensión. Como no acertó a la primera se quedó sin premio. Su par con las cortas a dos manos previo quiebro fue un modelo perfecto.

Actuó Joao Moura en lugar del lesionado Álvaro Montes. El lusitano ha mejorado notablemente en su estilo como rejoneador y su cuadra es de más calidad. El joven Moura intentó hacer bien las cosas, aunque falló en la colocación de arpones y banderillas que rodaron muchas veces por el suelo. Le puso a su toreo una nota de mayor emoción, destacando en las carreras a dos pistas muy emocionantes. Falló con el rejón definitivo.

Para Luis Domecq siempre recae la pesada tarea de abril plaza. Su actuación fue correcta con un toro manso y muy distraído. Se lució en algunas banderillas y falló clamorosamente con el rejón de muerte.

También tropezó con un manso Rui Fernandes. El caballero portugués luchó y logró sacar al toro de las tablas para poder clavar al quiebro con mucha clase. Fue la suya una labor muy esforzada y de mérito que tampoco fue rematada con acierto al final.

En definitiva, que la noticia fue el nuevo triunfo de Leonardo Hernández que le convierte en una clara alternativa para los que ocupan los lugares de privilegio del escalafón de los rejoneadores.

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