Carlos Crivell.– Dicen que el premio de la vuelta al ruedo se está perdiendo. Es verdad que el número paseos por el redondel se ha limitado mucho en estos últimos años. En esta novillada del abono sevillano, de nuevo llegó la vuelta al ruedo como un premio mayor en la Maestranza. Los tres novilleros pasearon el anillo y lo hicieron con fundamento, después de leves peticiones de oreja que no tenían mucho sentido y que con toda lógica no fueron atendidas por el palco.

La terna dejó muestras muy notables de su capacidad y anduvieron por encima de una novillada de Albarreal, tan noble como insípida, tan justa de fuerzas como de casta.

El portugués Diego Peseiro fue un modelo de entrega encomiable en toda la noche. Se fue a portagayola en el que abrió plaza y, ya enhiesto, se dedicó de forma absurda a dar chicuelinas, pero ello no empaña su decisión en el trance. Puso banderillas con más voluntad que acierto. El Albarreal que abrió plaza exhibió nobleza que Peseiro cuidó con temple y buen concepto antes de que acabara rajadito. No se quedó nada en su esportón y alargó su labor con manoletinas de propina. Como remate, se volcó en la suerte suprema.

Con el suelto y corretón cuarto, novillo con pocas fuerzas y escasa raza, el portugués estuvo simplemente voluntarioso en una labor con enganchones y que acabó con el clásico arrimón a novillo desfondado.

Álvaro Burdiel toreó muy bien con el capote al segundo. Fue un novillo bondadoso, que permitió un tercio de quites entre el mismo Burdiel y Linares más que estimable. Se echó de rodillas para comenzar su labor y mostró muy buen gusto en una faena en la que el de Albarreal metió mejor la cara por la derecha y se quedó muy corto por la izquierda. Como remate, de nuevo se echó de rodillas para acabar la faena.

El quinto fue tan flojo como sus hermanos y no humilló nunca. Burdiel lo recibió con una larga cambiada en el tercio. En la muleta, este quinto fue el de embestida menos clara de la noche, soltó gañafones y le tropezó mucho el engaño a este sevillano recriado en Madrid. Hubo mucha disposición, ganas encomiables, se quedó entre los pitones y, entre ese mar de muletazos más o menos brillantes, surgió un inmenso kikirikí y una ayudado por bajo de cartel. Y es que Burdiel sabe torear muy bien. Lo mató con acierto y también pudo saborear las mieles de una vuelta en Sevilla.

Se esperaba a Marcos Linares en la Maestranza después de su grave percance del mes de mayo. Estuvo bien en general con dos notas de mayor elogio. De un lago su inteligencia preclara con las alturas y las distancias. De otro, el temple de sus muñecas. El tercero tenía muy pocas fuerzas y Marcos lo toreó a media altura antes de bajarle la mano en tandas con la derecha y otras con la izquierda, siempre rematadas con buenos pases de pecho. El final de la faena fue una hermosura, citando con la muleta recogida y con naturales de frente de neto sabor sevillano. La espada cayó atravesada y ello restó fuerza a la petición del trofeo, pero la vuelta fue de clamor.

El sexto se lo brindó a los médicos de la plaza. Fue un mal novillo sin clase con el que no pudo más que andar voluntarioso en una labor con poco eco en la plaza. Su asignatura pendiente era la espada. En el tercero no se pudo lucir, pero al que remató la noche le sopló un espadazo contundente, con lo que debe haber espantado los fantasmas que pudiera tener. Marcos solventó esta emotiva noche y requiere mucha atención por ahí hay torero.

Los tres novilleros tienen buenas condiciones y propiciaron una noche entretenida, en la que el escaso juego de la novillada restó posibilidades de triunfos mayores. Pero hubo tres vueltas al ruedo, un premio de categoría en Sevilla.

Plaza de toros de Sevilla. Novillada con picadores de abono. Menos de media plaza. Seis novillos de Albarreal, bien presentados, nobles en general, aunque muy justo de fuerzas y casta. Primero, noble, soso y Justo de raza; segundo, noble y soso; tercero, noble y justo de fuerzas; cuarto, sin fuerzas y descastado; quinto, rebrincado sin fuerzas, y sexto, Justo de clase y fuerzas.

Diego Peseiro, de verde y oro. Estocada desprendida (vuelta al ruedo). En el cuarto, media atravesada (silencio).

Álvaro Burdiel, de tabaco y oro. Estocada corta atravesada y media estocada (saludos). En el quinto, estocada (vuelta al ruedo).

Marcos Linares, de sangre de toro y oro. Media atravesada (vuelta al ruedo). En el sexto, estocada (silencio).

Novillada celebrada en horario nocturno. Marcos Linares saludó una ovación tras el paseíllo y brindó el sexto al equipo médico. Destacó el picador Manuel Jesús Ruiz román en el sexto. Peseiro debutó en Sevilla.