En la tercera novillada de promoción no hubo grandes noticias. Los aspirantes demostraron oficio sin personalidad. La novillada, nada del otro mundo, hubiera permitido mayores logros si los muchachos exhiben más capacidad y, sobre todo, un sello más definido.

Hermanos Garzón / Ortiz, Salguero, Conchi Ríos, Torres, Muñoz y Flores

Ganadería: seis erales de Hermanos Garzón, muy bien presentados y de juego variado. Fue un conjunto fuerte, destacando el tercero por el pitón derecho y el quinto. El de peor condición fue el cuarto. El reto, mansos y manejables.

Javier Ortiz: saludos.
Tulio Salguero: saludos.
Conchi Ríos: vuelta al ruedo.
Adrián de Torres: saludos.
Daniel Muñoz: silencio tras aviso.
Sergio Flores: palmas tras dos avisos.

Real Maestranza de Sevilla, 17 de julio. 3ª de promoción. Media plaza. Saludó en banderillas Javier Ambel.

Carlos Crivell.- Sevilla

La tercera novillada tuvo como protagonista el calor. Esto es poco original, pero si se tiene en cuenta que uno de los alicientes de estos espectáculos es la posibilidad de disfrutar de la marea que entra a esa hora, cuando no llega y el bochorno es insoportable, pues la novillada se convierte en un martirio para los asistentes. Si además los novilleros no pasan la raya que los convierte en atractivos, noches taurinas como las del pasado jueves son para olvidarlas pronto.

Los novilleros mostraron maneras, oficio y ganas; sin embargo, apenas interesaron. Esto exige una explicación. Las Escuelas Taurinas han conseguido chavales preparados en cuanto la técnica, tienen el oficio, hacen bien las cosas, pero son de una vulgaridad absoluta. El aficionado busca en estos muchachos (y muchachas) algo nuevo, un sello diferente, que alguno exhiba personalidad, algo muy caro y que no abunda en el toreo actual. La prueba es que ese mano a mano del 10 de agosto en El Puerto es el cartel del año, porque Tomás y Morante, gustos aparte, son distintos.

Javier Ortiz, de Puebla de Cazalla y en la Escuela de Espartinas, está para empresas mayores. Con un novillo rebrincado, el chaval fue capaz de mandar en sus embestidas y someterlo, aunque al conjunto le faltó unidad.

El extremeño Tulio Salguero, de la Escuela de Badajoz, demostró oficio en una faena al principio muy enganchada y al final más limpia, especialmente en los pases sobre la derecha.

La murciana Conchi Ríos gozó del afecto del respetable más que sus compañeros de cartel. Lo que al principio resultó preocupante por su inhibición con el capote, mejoró en una faena de muleta con garra y buen concepto en las tandas sobre la diestra. No se arrugó tras una voltereta muy fea y se mostró muy aguerrida. Todo ello se le premió con cariño y se dio una vuelta al ruedo. Su novillo fue muy temperamental por el lado diestro.

Adrián de Torres es de Linares y adscrito a la Escuela de Jaén. Se enfrentó a un eral muy fuerte que llegó con genio y violencia a la muleta. El linarense fue cogido varias veces y lo mejor fue que volvió siempre al novillo con la muleta en la izquierda, pitón de mayores posibilidades.

El sevillano Daniel Muñoz, de la Escuela de Camas, se enfrentó a uno de los erales que prometía, sobre todo al principio. Muñoz demostró que tiene un concepto muy estético del toreo, aunque no llegó a cogerle el temple al de Garzón que acabó buscando por abajo y se puso más complicado. Se eternizó con el descabello.

Finalmente, toreó Sergio Flores, mexicano de Azipaco, que también tuvo fases de toreo con empaque y calidad. Los naturales surgieron con gran plasticidad, pero no acertó a ligarlos al dejar retrasada la franela. Causó buena impresión y no remató esos detalles apuntados.

En definitiva, pocos momentos de verdadero interés. Por ello, el jurado para elegir a los finalistas lo tuvo fácil: Fran Gómez, de la Escuela de Jerez, que cortó dos orejas; Juan del álamo, de Salamanca, que cortó un trofeo, y Antonio Jesús Espaliú, coriano de la Escuela de Camas, que ha sido el que mejor ha toreado, pasan a la final del próximo jueves 24 con un lote de El Serrano.