Manolo Grosso.- De esa guisa salí ayer de del coso maestrante, a pesar de que Salvador Cortes le cortó merecidamente una oreja a un Palha excelente, pero el resto fue una autentica paliza para el cuerpo y sobre todo para la cada vez mas reducida capacidad de aguante que poseo. Este año no ha habido sorpresa portuguesa, salvo el toro ya mencionado que salio en tercer lugar. Corrida desigual en peso, oscilo entre los 505 kg. a los 585, en hechuras e incluso en comportamiento. No me gusto lo que este año nos enviaron del país vecino, ni a mi ni al resto del respetable, porque además de mas o menos peligrosos, sobre todo eran aburridos como ellos mismos.

José P. Prados “El Fundi” estuvo una vez más en plan lidiador, mejor en su primero, porque era mas peligroso, que en su segundo, que empezó muy bien pero se le acabo el gas a la primera tanda. Con este panorama los intentos reiterados del matador por torearlo resultaron cansinos y pusieron en evidencia que el toro que este requiere es el toro fiero, porque es precisamente con este tipo de animal donde se ve mejor la capacidad de dominador de alimañas que es su mejor virtud, para su desgracia.

Lo de Sergio Aguilar es otra cosa y no se le puede exigir a un chaval que solo ha toreado diez tardes la temporada pasada que de buenas a primera entienda o lidie toros como los de ayer. El pobre hizo lo que pudo, dejarse coger un par de veces e intentar a toda costa darles muletazos sin sentido a animales que requerían otra cosa. De todas formas la culpa, si es que la hay, es de la empresa que por hacerle un favor al torero lo anuncia en una corrida a cara de perro, con lo que el gesto se convierte en un flaco favor. Ojala le vaya mejor en otras plazas, ayer la cosa le fue regular.

Si me preguntan ustedes que fue lo mas torero que vi ayer tarde, les diría sin dudarlo un solo instante que los dos pares de banderillas que puso Luís Mariscal en el primer toro de su hermano. Fue el único Palha bueno de verdad, con raza y casta, embistiendo por derecho y con una presencia imponente. Toda la plaza esperaba la resurrección definitiva de Salvador Cortes, pero esta se cumplió a medias. Es buen torero y eso se le nota tanto con el capote, con el que dio unas esplendidas chicuelitas, como con la muleta donde, a pesar de que tardo lo suyo, termino entendiendo al animal. Si las buenas series hubiesen llegado antes ahora estaríamos hablando de otra cosa. No obstante salvó el tipo en una tarde aburrida y cansina donde los Palha no fueron tales y los toreros hicieron lo que pudieron y supieron . 
 

Texto publicado en  El Mundo el 22 de abril de 2009

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