Gastón Ramírez.- Uno esperaba que el encierro de Palha igualara e incluso superara a los de años anteriores aquí en la catedral del toreo, pero no fue así. La crisis de la bravura no ha perdonado ni al legendario hierro portugués. Pese a todo, Salvador Cortés pudo cortar un apéndice al más potable de los seis astados que lucieron la divisa azul y blanca.

El primero fue encastado y difícil. Había que arriesgar mucho y pararle los pies para ver si se desengañaba. Ahí el veterano José Pedro Prados no se confió ni tantito y nos trató de convencer de que el Palha era el toro más peligroso de la historia. Creo que el diestro de Fuenlabrada, de haberse decidido, hubiera podido hasta lucir.

El segundo parecía codicioso en el primer tercio y acabó siendo probón y peligroso. Sergio Aguilar, que ya había sido prendido en el primero al quitar por chicuelinas (le salvó la chaquetilla), pasó las de Caín ante este toro que además topaba y derrotaba, sufriendo otro revolcón después de tropezar en la cara del burel.

El tercero fue un bicho incierto que en un principio se dejó torear a la verónica para, en el último tercio, cambiar de lidia un par de veces. Terminó embistiendo con alegría y recorrido. Aquí salvador Cortés logró los mejores momentos de la tarde al pegarle al Palha unas tres tandas de bonitos derechazos y matarlo como Dios manda. La oreja fue soltada con rapidez por la presidenta. El toro, engañoso como sus hermanos, daba de pronto la impresión de tener más fondo y no faltó quien considerara que el premio había sido excesivo a pesar del estoconazo.

El segundo de El Fundi, cuarto de la tarde, fue soso, tardo y débil. ¿Algo más? preguntará usted. ¡Ah, sí! Al final lo levantó la llegada del puntillero y sacó una mijita de bravura… Fundi porfió hasta el aburrimiento en un extraño afán de algo que no entendí.

El quinto, que hizo añicos el adagio de "no hay quinto malo", fue el segundo regalito para Sergio Aguilar. Desde que salió al ruedo acusó una debilidad que, ya en las postrimerías de la faena de muleta, hizo temer que fuera a doblar solo. Por añadidura no se dejó torear ni por alto ni por bajo, tampoco a media altura.

El que cerró plaza calamocheaba y nunca dejó estar al torero del Aljarafe. Nunca sabremos por qué quitó el Fundi si sabía que le estaba robando pases a Salvador Cortés. Total que, aunque nos duela, hay que decir que Palha decepcionó y que sólo Salvador Cortés tuvo suerte.

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