Ponce_Sevilla2016ARJCarlos Crivell.– La corrida comenzó de forma amable y terminó con un susto tremendo. De la amabilidad de una faena bonita de Enrique Ponce a un toro de dulces embestidas, casi un carretón, a la paliza que le dio el sexto a Roca Rey cuando se arrimaba a un animal apagado cuando ya la faena estaba más que finalizada. Al peruano no le pasó nada, a pesar del tiempo que anduvo entre los pitones. Ese final le puso un poco de intensidad a un festejo muy plano por culpa de los toros de Juan Pedro, aunque también por parte de alguno de los toreros.

La de Juan Pedro no cumplió el mínimo que debe exigirse a una ganadería en la Feria de Abril. Algunos toros dejaron mucho que desear en cuanto a presentación, como el primero y el tercero; su comportamiento en varas fue muy discreto. El quinto fue bravo en el caballo y se encontró con Chocolate para ahormar su empuje. A la muleta llegaron con bondad cansina. No vale la nobleza sin vitalidad. Fue una corrida sin fondo y sin fuerzas. Una mala corrida.

De la faena agradable al primero, un bombón el animalito, nos queda el buen corte torero de un veterano experto en mil batallas. Dibujó muletazos como si estuviera toreando de salón. Todo muy estético; lástima que el toro fuera tan poquita cosa. Tenía calidad, pero no basta con la clase. Ponce anduvo a gorrazos y le cortó la oreja.

Roca Rey_cogidaSevilla2016ARJEl final fue de taquicardia. El sexto, un toro más rematado, no tenía clase. Siempre con la cara alta y echando el freno, los muletazos de Roca Rey no pudieron resultar limpios. El torero, joven y ambicioso, alargó la faena buscando las palmas, se metió en los terrenos del animal con circulares, hasta que el de Juan Pedro se lo llevó por delante. La cogida fue de impacto por el tiempo que lo tuvo prendido en el aire. Por fortuna solo estaba empalado y no hubo cornada. El público, impresionado, le vitoreó cuando acabó con el toro a la segunda. En la vuelta al ruedo, la plaza se estaba quitando de encima el mal rato que había pasado.

Roca Rey es un torero muy joven, viene con la ilusión a tope y tiene un valor probado. El primero de su lote, un inválido que se mantuvo en el ruedo de manera absurda por parte del palco, de escasa presencia, solo le valió para hacer un ejercicio de voluntad. Alguien debe aconsejarle que cuando el triunfo no es posible no debe alargar tanto las faenas. Maestros tiene el chaval, pero debería encontrar el sentido de la medida. Se lució en quites variados, ya gaoneras o saltilleras, brilló con un galleo de frente por detrás en el sexto, en suma, que derrochó voluntad y valor a tope. El tiempo debe modular muchas cosas, pero Roca Rey está llamado a grandes empresas.

Ponce mató un sobrero de mal estilo en cuarto lugar. También se pasó de metraje cuando era casi imposible el lucimiento.

Y nos queda Manzanares. Qué decir de un torero que quiso mejorar su imagen pero que no está en su mejor momento. Con el noble y soso segundo se colocó mal, metió pico y apenas pudo completar dos o tres muletazos por tanda. La benevolente música llegó a tocarle en la faena, pero aquello no tenía un pase…bueno. Con el fugaz aunque bravo quinto, el de Alicante puso el modo del vértigo en ritmo rápido, perdió muchos metros entre los muletazos y todo fue un quiero y no llego. La gente le aplaudió y se olvidó de la bravura del toro. La tarde, con su público alegre y festivalero, quedó reducida a la faena del primero, bonita a más no poder, y a la emoción de las ansias del torero que llega con su valor tremendo a buscar su sitio entre los mejores.

Plaza de toros de Sevilla. Octava de abono. No hay billetes. Seis toros de Juan Pedro Domecq, el cuarto lidiado como sobrero. Desiguales de presencia, muy bajos el 1º y 3º. Nobles, descastados y flojos. Bravo el quinto. Saludaron en banderillas Rafael Rosa y Luis Blázquez. A caballo, Chocolate.

Enrique Ponce, de grana y oro. Estocada corta (una oreja). En el cuarto, estocada (saludos).

José María Manzanares, de azul pavo y oro. Estocada tendida (saludos). En el quinto, media atravesada (saludos con división de opiniones).

Roca Rey, de canela y oro. Estocada (saludos). En el sexto, pinchazo y estocada (vuelta al ruedo).