OVACIÓN. La corrida era muy esperada y el público estaba muy receptivo, algo que se pudo apreciar al comienzo. La plaza aplaudió antes de la salida del primer toro a El Juli. El torero podía haber saludado, incluso podía haber sacado al tercio a sus compañeros, pero se inhibió y las palmas se evaporaron.
EL JULI SE DESMONTERA. Se está convirtiendo en constumbre que los toreros pidan el cambio con la montera. En Sevilla no se hace así. La autoridad debe advertirles antes de la corrida. En última instancia el alguacilillo debe recordarles que no deben quitarse la montera para perdir los cambios. El Juli también se desmonteró ayer.
EL PALCO. La presidencia tuvo un día tranquilo, que se alteró en el sexto cuando parte de la plaza pidió la devolución del toro. El animal parecía blando, la gente estaba ya muy enfafada y siempre se piensa que un sobrero puede mejorar el final. El probema es que el toro no se cayó, tampoco Luque lo forzó, y el presidente acertó al dejarlo en la plaza. Era manso y no había motivos para devolverlo.
BENITO QUINTA. La tarde fue gris para todos. Se llevó una fuerte ovación en tercero Benito Quinta, que aunque rectificó, aguantó de forma admirable la embestida descompuesta del toro. La plaza le ovacionó, posiblemente más por su manera de aguantar a la cabalgadura que por el propio puyazo.
LAS CUADRILLAS. Completó la feria Emilio Fernández, tercero de El Juli, que ha culminado un ciclo excelente tanto por sus pares de banderillas como por los soberbios cachetazos con los que remató a los toros. Buenos pares de Joselito Gutiérrez, que saludó en el quinto de la tarde.
 

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