Carlos Crivell.- La corrida, contra lo esperado, comenzó y acabó con Calerito. Nadie lo diría, cuando a su lado tenía a Manzanares y Roca Rey. Ambos tuvieron una tarde gris tirando a negro, pasaron casi de puntillas por la plaza, de forma que siempre habrá quien piense que la culpa fue del ganado. Pero tampoco cuela esa afirmación, porque sin rematar del todo, la bien presentada corrida de Victoriano del Río tuvo hasta cuatro toros posibles para mejores logros.

El nuevo matador se llevó el lote. Pocas dudas hay acerca de ello. El primero fue un toro encastado y vibrante; el sexto, noble con sus pequeños problemas, que Calerito acertó a resolver. Del resto, el segundo fue bravo y embistió bien a la muleta de un alicaído Manzanares; el tercero careció de empuje, pero se dejó; el cuarto, bravo en el caballo, se encontró con el torero alicantino en tarde de mente poco despejada y se le fue enterito; el quinto fue un manso y rajado sin posibilidades. El lote de Roca Rey fue el de menos prestaciones.

Calerito estuvo inteligente y torero con el toro de su doctorado. El toro fue muy vibrante en sus acometidas, repitió con bríos y se comió la muleta del torero de Aznalcóllar. En tarde de tanta responsabilidad, el nuevo matador toreó con buen gusto a la verónica en el saludo. En su faena, brindada a su padre, hubo mucho toreo con la derecha y una solitaria tanda al natural. Se fue al centro y allí se la puso para llevarlo con mando. Así continuó con una labor llena de toreo templado, alguna trincherilla preciosa, dentro de un conjunto más que notable. La tanda al natural no resultó limpia en su primera parte, pero bajó la mano y logró algún muletazo de buen sabor. Lo mató bien y la oreja cayó por su peso sin que el propio doctorado tuviera nada que ver en su concesión.

Completó su tarde con una faena notable al buen sexto, de nuevo con la mente despejada, con templanza, al principio algo más acelerado, para serenarse en las tandas siguientes por ambos pitones. Solo la espada le privó de un nuevo trofeo, que su labor con la muleta había merecido. En estos casos se habla de alternativa con dignidad. No, ha sido una alternativa con brillantez. Se llevó el lote y lo aprovechó.

Manzanares pasó del compromiso con más pena que gloria. Mucha pena y ninguna gloria, ni siquiera cuando el tendido jaleó sus muletazos o la banda le tocaba Suspiros de España El segundo de la tarde, primero de su lote, fue bravo y embistió mucho hasta que se cansó, tal vez porque no fue bien toreado. La primera parte de la faena fue de quiero y no puedo, con tandas de alta velocidad, muy cortas, nunca más de tres muletazos, todo con un cuerpo forzado y contraído. La habitual buena conexión del alicantino con Sevilla le permitió escuchar olés y la música, pero al conjunto le faltó más contundencia. La prueba de que este Manzanares no era el de siempre se comprobó al matar de forma pésima.

Esta forma errática de matar la repitió en el cuarto, al que le dejó un pinchazo, dos medias poco efectivas y ocho descabellos. Antes, se dejó enganchar mucho la muleta con un toro que pedía todo por abajo, sitio y temple. La gente acabó pidiendo que lo matara con leves silbidos.

Roca Rey tuvo el lote menos agradecido, pero este torero en otro momento les puede y cuaja a sus toros con una actitud diferente. Es cierto que el tercero tardeó mucho y se quedó aplomado, pero Roca desistió pronto tras dos tandas con la izquierda y una con la derecha. El quinto fue manso y se rajó al final. La faena fue de algo a casi nada. Pases por alto, algunos derechazos con poder por abajo y enganchones a toro ya rajado. Con habilidad y valor lo mató junto a las tablas. En otro momento, el peruano se monta encima de estos toros, y así lo digo porque lo he visto en otras plazas y en la misma Sevilla.

Las cuadrillas estuvieron bien, pero hubo saludos a troche y moche. En la ficha figuran los que saludaron. Me acuerdo de la buena tarde de Antonio Chacón. La banda de música volvió a tocar sin motivo en alguna de las faenas. Es la eterna canción de esta plaza. Fue una corrida de decepción. El no hay billetes que provocó la llegada de Roca Rey no se vio respaldado por el triunfo. Y hubo algunos toros notables. Mañana vuelve Morante.

Plaza de toros de Sevilla, 24 de septiembre de 2022. Segunda de San Miguel. No hay billetes. Seis toros de Victoriano del Río, bien presentados. Primero, encastado; segundo, bravo y encastado; tercero, sin entrega; cuarto, desclasado; quinto, manso y sexto, noble.

José María Manzanares, de azul marino y oro. Media trasera y dos descabellos (saludos tras dos avisos). En el cuarto, pinchazo, dos medias estocadas y ocho descabellos (silencio tras aviso).

Roca Rey, de caldero y oro. Dos pinchazos y bajonazo (silencio). En el quinto, estocada (saludos).

Calerito, de blanco y oro, alternativa, de blanco y oro Estocada (una oreja). En el sexto, pinchazo hondo y seis descabellos (saludos tras aviso).

Saludaron en banderillas Antonio Punta, David Pacheco, Daniel Duarte, Mambrú, Luis Blázquez y Viruta. Bien a caballo Óscar Bernal, Paco María y Manuel Jesús Ruiz Román. Luis Blázquez fue atendido de contusión costal derecha, de pronóstico reservado. Calerito tomó la alternativa con el toro Orador, nº 115, negro mulato, de 565 kilos.