El diestro francés Román Pérez cortó la única oreja de la tarde en la novillada de la Maestranza con un lote aceptable propiedad de Espartaco. Julio Parejo y Daniel Sotillo no pudieron destacar.

Espartaco/ Parejo, Pérez y Sotillo
Seis novillos de Juan A. Ruiz Román “Espartaco”, bien presentados, flojos, algunos muy castigados en el caballo y noblotes. Destacaron el repetidor 2º y el bravo 6º, ovacionados en el arrastre.
Julio Parejo, de verde manzana y oro; bajonazo (silencio), y estocada trasera y contraria y descabello (silencio)
Román Pérez, de azul rey y oro; estocada algo desprendida (oreja), y pinchazo y estocada caída (silencio)
Daniel Sotillo, de grana y oro; pinchazo, estocada contraria y seis descabellos (silencio tras aviso), y estocada y descabello (saludos tras aviso)

Plaza de la Real Maestranza. 22º festejo de abono. Novillada con picadores. Media entrada en tarde primaveral y algo ventosa. Saludaron tras parear con lucimiento Javier Ambel y Antonio Pablo Ruiz. Aplaudido el picador José Chacón.

Álvaro Pastor.- Sevilla 

Si la mujer del César, además de ser decente debe aparentarlo, los novilleros, a los que el valor, la ilusión, las ganas y hasta la inexperiencia se les suponen, también deben demostrar todo ello en el redondel. Pero hoy llegan a la plaza vestidos como las figuras y con casi todos los defectos del toreo moderno ya aprendidos de antemano. Si sale el novillo perfecto, medio pueden, si no, mañana será otro día. Y así nos va.

El francés Román Pérez, placeado y con oficio, volvió a tocar pelo en la Maestranza por segundo año consecutivo; está claro que Dios es grande y misericordioso, y Gabriel Fernández, el presidente, un buenazo. Orejita tras una faena despegadilla y vulgar en la que Tejera se arrancó bien pronto con “Suspiros de España”, mucho pasodoble para tan mediocre trasteo en el que solo se ciño en los pases de pecho. El novillo mereció más y sobre todo mejor. Con su segundo utrero, que era más exigente, se cansó pronto tras no pocas dudas y después de dos tandas inciertas se fue rápido por el estoque de verdad.

Julio Parejo estuvo aseado con el que abrió plaza, que se rajó a partir de la segunda tanda. El cuarto, muy en el tipo de Juan Pedro, fue literalmente masacrado en varas y llegó sin un pase al último tercio; para colmo de males el puntillero (que necesitó cuatro cachetazos para rematar al primero) le levantó el novillo.

El astigitano Daniel Sotillo está verde aunque apunta ciertas maneras, como se vio en la apertura de su primer trasteo al sacar con gusto el novillo al tercio. Equivocó casi siempre las distancias, casi nunca se cruzó y ahogó en demasía a sus dos oponentes, el bonito lucero que se corrió en tercer lugar, y el bravo sexto que tomó tres varas derribando con estrépito en la primera tras arrancarse de largo a un picador que aún andaba por la solanera.

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