Poco contenido en la novillada de Seviilla con una cornada menos grave para el francés Thomas Joubert como principal noticia. Malos novillos de Pereda y discretos Martín Núñez, Javier Cortés y Tomasito.
Pereda / Martín Núñez, Javier Cortés y Thomas Joubert
Cuatro novillos de Pereda y dos, primero y cuarto de La Dehesilla, bien presentados y de pobre juego por falta de raza y fuerzas. El de más calidad, el cuarto, fue el de menos poder. Se dejó más el quinto, pero en conjunto fue un lote deslucido.
Martín Núñez: estocada caída (vuelta), pinchazo, media tendida y dos descabellos (saludos tras aviso) y estocada en el brazuelo en el que mató por Joubert (silencio).
Javier Cortés: pinchazo y estocada trasera (saludos) y dos pinchazos y media perpendicular y atravesada (silencio).
Thomas Joubert: pinchazo y estocada corta (silencio) y herido en el sexto.
Plaza de la Real Maestranza, 4 de octubre de 2009. Un cuarto de plaza. Joubert fue asistido de una herida inciso-contusa en bolsa escrotal derecha, con evisceración del testículo y que penetra en la bolsa testicular izquierda contundiendo el cordón espermático y el testículo del mismo lado. El sondaje uretral demuestra una orina clara y limpia. Se exploran posibles trayectorias ascendentes sin encontrar ninguna. Se realiza limpieza y sutura, colocando un drenaje en cada bolsa. Se traslada a la clínica del Sagrado Corazón. Pronóstico menos grave.
Carlos Crivell.- Sevilla
Poca gente y poco toreo sobre el albero del coso del Baratillo. Con un calor otoñal pegajoso, la novillada de triunfadores (¿) de septiembre no tuvo más argumentos que la cogida de Joubert en el sexto. Fue un contenido amargo. No pasó casi nada notable en lo taurino y un chaval se fue a la enfermería con una cornada. El rictus triste de Tomasito se volvió lastimero camino de la enfermería cuando llevaba una cornada en los testículos.
La novillada de Pereda, bien presentada, no dio la talla. Ni fueron bravos ni encastados. La bondad apareció en algunos momentos, pero no es suficiente, más cuando esa boyantía se acompañaba de las mínimas fuerzas posibles, como le pasó al cuarto, cogido con alfileres en cuanto a resistencia y que debió ser devuelto a los corrales.
Martín Núñez volvió a estar acompañado por un grupo de fieles seguidores que todo se lo jalean. Es un tema que ya se ha comentado. El propio torero debería advertirles a sus admiradores que sean prudentes, porque a veces consiguen el efecto contrario. A Martín Núñez se lo cantaron todo. Y ayer Luis no estuvo como en su anterior comparecencia en Sevilla.
El que abrió plaza embestía sin continuidad, quería irse de la suerte y nunca humilló. El sevillano logró mayor lucimiento con la derecha en algunos muletazos de buen trazo, aunque lució más en los de pecho. Junto a ello, algunas dudas en la colocación que deslucieron su faena. Las palmas de sus amigos le animaron a dar la vuelta.
El noble cuarto le permitió torear con la izquierda en tandas estimables aunque al final el animal se quedó parado. Se esforzó, volvió a lucirse en los pectorales y de nuevo florecieron las dudas de la falta de oficio. En ambos novillos tiró la muleta en los desplantes finales, detalle que debe abandonar porque no es nada torero.
El debutante Javier Cortés estuvo en novillero con su primer astado. Se puso cerca, se dejó coger varias veces, pero la realidad es que no sacó nada claro. Se vieron sus ganas pero apenas su estilo.
Debió ser en el quinto, novillo con más movilidad en los primeros compases de su labor. Ahora Cortés no logró entender al de Perera en una faena encimista, espesa y atolondrada. Su estilo es simplemente de torero con ganas, pero carente de un sello especial. No le falta el valor, pero no parece suficiente. Con la espada no anduvo acertado, más bien demostró que no domina la suerte.
Joubert pasó sin eco por la plaza. El tercero fue brusco y se apagó pronto, pero el francés le dio una gran cantidad de pases enganchados. Se peleó con el temple y así es imposible. Comenzó la faena del sexto con estatuarios. El novillo era remolón y lo avisó en una tanda por la izquierda. A la siguiente lo cogió y le sacó un testículo. Martín Núñez la arreó un sablazo en el chaleco y sus partidarios aplaudieron. Mal final para una función de mínimos contenidos.
Fotos: Álvaro Pastor Torres