Álvaro Pastor Torres.- Fuerte compromiso televisado para los triunfadores de las novilladas sin picadores que televisa anualmente Canal Sur: novillada muy grande de El Serrano y un público entusiasta que llenaba la recoleta plaza sanluqueña de El Pino. Triunfo grande del pacense José Garrido, que está ya muy cuajado en este tipo de festejos, y también del novillero local Eloy Hilario que a base de tesón –y ya sin las cámaras en directo- igualó en trofeos al novillero de Badajoz. Dispar suerte corrieron los sevillanos Jesús Álvarez, que cortó una oreja tras un serio trasteo, Lama de Góngora, que tras una gran faena a un muy serio novillo con hechuras de toro, vio como no terminó de echarse el animal y el presidente, en una actitud incomprensible le negó los trofeos que pedía mayoritariamente la plaza, y un Alejandro Jiménez que bailó con uno de los garbanzos negros de la tarde.
Plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda. Domingo 30 de septiembre de 2012. Novillada sin picadores en clase práctica. Lleno en tarde soleada. El festejo fue televisado por Canal Sur. Al final del mismo salieron a hombros por la puerta grande los novilleros José Garrido y Eloy Hilario.
Seis erales de El Serrano, muy bien presentados –alguno como el 5º exageradamente grande para este tipo de festejos- y de diversa condición con cierta tendencia a la mansedumbre. Los mejores 3º, 4º y 7º ; los más complicados 1º y 6º.
Sergio Páez (Escuela Taurina de Ronda), de rosa y oro: vuelta por su cuenta tras dos avisos.
Jesús Álvarez (Escuela Taurina de Camas), de blanco y oro: oreja
José Garrido (Escuela Taurina de Badajoz), de rosa palo y oro: dos orejas y rabo
Manuel Ponce (Escuela Taurina de Chiclana), de verde y oro: oreja tras aviso
Lama de Góngora (Escuela Taurina de Sevilla), de espuma de mar y oro: fortísima petición tras aviso
Alejandro Jiménez (Escuela Taurina de Sevilla), de azul marino y oro: palmas tras aviso
Eloy Hilario (de Sanlúcar de Barrameda), de celeste y oro: dos orejas y rabo.
Nacido en Sevilla en el barrio del Arenal, en la calle Pastor y Landero, frente a la Maestranza. Aficionado a los toros desde su infancia gracias al ejemplo paterno, un viejo amante de la fiesta que vio torear a Guerrita. Abonado de la Real Maestranza desde pequeño. 