Alvaro del MoralÁlvaro R. del Moral.- Anuncios de vueltas, comunicados de retirada… la semana taurina se marchó sin avanzar nuevas claves de la gestación de la Feria de Abril mientras se esboza una nueva temporada que no promete demasiado aire fresco

Sin novedad en el Alcázar, mi general… La semana que se fue también siguió mostrando que unos vienen, otros van y algunos vuelven. Leandro se marchó y Cayetano –ya parece seguro- quiere sumarse al creciente elenco de toreros reaparecidos. Con unos y otros se ha hecho ya bastante demagogia taurina sin entrar a valorar y analizar con un mínimo de rigor sus virtudes y condicionantes. El caso es que estos días se ha escrito y comentado de todo, en especial a través de esas redes que prestan altavoz inmediato a todo hijo de vecino. Leyendo a algunos creíamos asistir a la retirada de Lagartijo y escuchando a los de enfrente parecía que sólo vuelven a la palestra unos desgarramantas que no saben ni coger un capote. Seguramente no es ni una cosa ni la otra pero tampoco merece la pena entrar en ese debate. Eso sí. Podríamos formular algunas preguntas: Si el relevo natural -maniatado por igual por la falta de imaginación de las empresas y la falta de generosidad de algunas figuras- tuviera la suficiente fuerza para saltar esos obstáculos… ¿serían posibles todas estas reapariciones? ¿Por qué algunos de estos nombres son platos de gusto de las empresas? La contestación es obvia.

¿Vuelven Los tres tenores? Mención aparte merece el revival de aquel cartel mitificado por el tiempo y el recuerdo. Ponce se lo ha insinuado –vía entrevista- a Francisco Rivera Ordóñez que, con Joselito, completaba esa terna, nacida de una tarde madrileña de competencia y quites en el lejano 1996. La Goyesca de Ronda sería un escenario ideal, oportuno y puntual para ellos ¿y por qué no?. Mientras tanto, y ha pasado otra semana, seguimos sin noticias fiables de la gestación de Sevilla. Siete días después de nuestra última ‘descubierta’, también sigue sin firmarse el contrato de la plaza de Valencia aunque suponemos que el bardo Casas tendrá ya preparadas esas motos que vende tan bien cuando se oficialice la adjudicación de la primera feria de primera que se organizará con los caudales del licenciado Bailleres. Sí se ha sabido que la empresa Taurodelta –¿sigue el mentado Casas en su nómina?- ya habría amarrado dos tardes a la primera fila del toreo para un larguísimo ciclo que volverá a ocupar todo un mes de toros. El caso es que esto echa andar. Sin demasiado entusiasmo, que todo hay que decirlo.

Algunas preguntas por responder. ¿Qué papel ha tenido el denostado Toño Matilla para allanar el terreno de otros toreros en el conflicto de Sevilla? ¿Qué va a pasar con la televisión en la Feria de Abril? ¿Lograrán los barandas de Canal Plus emitir sólo la semana de Farolillos? ¿Habrá un acuerdo monetario? ¿Hasta dónde apretarán los toreros alzados y vueltos al redil? ¿Hasta dónde se dejarán apretar los gerentes de Pagés? ¿Quién matará finalmente la ansiada corrida de Garcigrande? ¿Cómo se repartirán los hierros más apetecidos? ¿Han llamado ya a Ponce y a Perera? Son preguntas que siguen sin contestar mientras apremia el calendario. La Feria de la presunta reconciliación también está siendo la más  hermética en su gestación. Posiblemente sea lo mejor. Taurinos de todo pelaje merodean estos días las aceras de la calle Adriano esperando su minuto de gloria pero la fumata que debería saludar el cierre de la espina dorsal del ciclo sigue siendo negra. Ignoramos si El Cid -que convoca a la prensa este mismo jueves- nos contará algo nuevo. Mientras tanto, seguimos esperando, maquinando y elucubrando.

Publicado el 3 de febrero de 2015 en la edición impresa de El Correo de Andalucía.

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