Silveti_PiedadLuis Carlos Peris.- Difundida por ese altavoz de las redes sociales que bien utilizado tan útil es, la foto del torero rezando ante la Piedad del Baratillo es una maravilla. Es un torero mexicano que hizo lo que ya hizo su abuelo Juan y que repitió David, su padre, en cuantas ocasiones hicieron el paseo en la plaza de toros de Sevilla. El abuelo, por cierto, fue el primer torero que un servidor vio con las dos orejas de un toro en sus manos. Era en 1954, corrida de la Prensa a la que fui de la mano de mi padre, el toro fue de Guardiola y Juan Silveti iba de verde y oro, igual que en la foto va Diego, su nieto. Treinta años después conocí a Juan y el viejo azteca se emocionaba recordando aquella faena con tanto detalle como le iba refrescando. Es un retrato que bien hubieran firmado García Ramos o Bacarisas por su dosis de costumbrismo sensible y sólo le falta banda sonora, de Turina, claro.

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