Pablo Aguado. Foto de Álvaro Pastor Torres

Carlos Crivell.- Se abrieron las puertas del impersonal coso taurino de La Mulata en Utrera para dar toros por la Virgen de Consolación. Se pierde en el tiempo la meoria del coso del Arrecife, testigo de tantas gestas taurinas. Y volvieron en el más amplio sentido de la palabra, porque Aurora Algarra presentó cuatro toros impecables por sus hechuras y de excelente juego, con la máxima nota para el jugado en quinto lugar, de nombre Sirlachón, nº 47, que fue completo en todos los tercios y que fue premiado con toda justicia con la vuelta al ruedo. También los de Bohórquez para rejones se sumaron a la fiesta.

Pablo Aguado fue la gran noticia en esta corrida. Se ha tirado todo el año en el banquillo tras su demostración de toreo grande de Sevilla, y ahora en Utrera ha dejado muestras de que su toreo es todo un lujo que debería estar presente en muchas plazas. Toreó con gusto y empaque a la verónica a sus dos reses. Se sintió por chicuelinas en los quites. Dio un curso de toreo de calidad con la muleta. Aprovechó a sus dos buenos toros de Algarra para cuajar muletazos de perfecto embroque, mando y temple, pero siempre con un sentido estético y plástico que le puso la guinda a su labor. Todo fue muy torero, hasta los remates de los ayudados por alto de sus dos faenas. Confirmó que es lamentable que no ande pegando pases por esas plazas de Dios.

Le respondió con gallardía e ilusión Rafael Serna, sustituto de Cayetano, es una tarde de responsabilidad ante los buenos aficionados llegados de Sevilla. Se fue a portagayola, toreó animoso con el capote y se relajó en algunas tandas con el primero de su lote al que llevó con mimo. El sexto fue menos colaborador, pero arrancó la oreja para irse a hombros con sus compañeros.

Hermoso de Mendoza cuajó al primero de Bohórquez, muy bueno, en una faena medida y precisa con Berlín como cabalgadura destacada. Sacó a Disparate en el cuarto y lo lució a tope. En este toro falló a la hora de la muerte.

Se fueron a hombros los tres protagonistas. Mereció mucho la pena la corrida de Utrera. Aunque no fueron todos lo que debieron acudir, Carmelo puede estar contento. Y apunten para cuando rompa a lo grande: Aguado está en la rampa de salida.

La terna, a hombros. Foto: Álvaro Pastor Torres

Plaza de toros de Utrera. Corrida mixta con motivo de las Fiestas de la Virgen de Consolación. Menos de media plaza. Dos toros para rejones de Bohórquez, buenos, y cuatro de Luis Algarra, bien presentados y de buen juego. El quinto, Sirlachón, nº 47, premiado con la vuelta al ruedo.

Hermoso de Mendoza: rejón de muerte (dos orejas). En el cuarto, cinco rejones y descabello (silencio).

Pablo Aguado, de rioja y oro. Estocada tendida y descabello (una oreja). En el quinto, estocada contraria (dos orejas)

Rafael Serna, de berenjena y oro. Pinchazo, estocada contraria y descabello (una oreja). En el sexto, estocada (una oreja).

El rejoneador y los matadores salieron a hombros.

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