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Cogida de Morante (Foto: Álvaro Pastor Torres)

Carlos Crivell.- Tomó la alternativa Juan Luis Ambel, Posada de Maravillas en los carteles, en una tarde de toreo que será recordada por el triunfo de la terna. El nuevo matador de toros pudo irse en triunfo con su padrino y el testigo, aunque la historia recordará que Morante escribió otra página gloriosa con su tauromaquia diferente. Fue el mismo día en el que el de La Puebla resultó cogido de forma aparatosa cuando lanceaba al primero de su lote, aunque sin daño físico por fortuna. Y también quedará el recuerdo de dos faenas muy en el estilo de Talavante en la fecha en la que reapareció tras un descanso para su maltrecha mano izquierda.

Se lidió una corrida de Zalduendo a modo, justa de presencia y fuerzas, noble, pero con dos destacados: cuarto y sexto, uno por nobleza y duración; el sexto, por más casta.

El epicentro del festejo fue protagonizado por Morante. La voltereta en los lances de capa al primero de su lote dejó al público helado. Se venció el de Zalduendo por la izquierda, giró el cuerpo del diestro sobre el pitón y los recuerdos de percances recientes provocaron la desazón general. Salió con la taleguilla destrozada, pero sin un rasguño. Se puso un pantalón negro corto sobre el traje y realizo una faena en las que alargó el viaje de un toro con el freno echado, al tiempo que ligaba en un palmo de terreno sin moverse. En la vuelta, la banda tocó el ‘cumpleaños feliz’, aunque el día de la efemérides fue el viernes.

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Morante, al natural (Foto: Álvaro Pastor Torres)

La apoteosis llegó con el castaño cuarto, muy noble, al que le cuajó una faena enorme, de esas que se recordarán con el paso del tiempo, en la que se conjuntaron la expresión única de un torero distinto con el poder de un lidiador que ligó pases sublimes, todo para conformar una obra que provocó el delirio en la plaza. Morante, en estado puro. Los sombreros sobre el albero fueron testigos de una explosión de torero hondo y sentido.

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Alternativa de Posada de Maravillas (Foto: Álvaro Pastor Torres)

La corrida, dicho queda, fue triunfal. Nueve orejas y los tres matadores por la puerta grande. Volvió a los ruedos Alejandro Talavante, que anduvo solvente con dos toros nobles y de poca casta. Al tercero, en una faena de mejor comienzo que final, en la que los naturales volvieron a dejar claro que esa izquierda es de lujo. Intercaló arrucinas antes de que el animal se rajara. Con el quinto, de nuevo buen toreo al natural con otro toro de media calidad. También el toro fue a menos y su labor subió de clima con las manoletinas.

Posada de Maravillas tomó la alternativa con un burraco de nombre Velaluna que fue muy poca cosa. Se derrumbó mucho en una faena animosa del nuevo matador de toros con algunos naturales de nota. Salió espoleado en el sexto, único toro encastado de la tarde, y por tanto con mucho que torear. Se entregó en una faena con ansias juveniles para estar a la altura de los maestros. De nuevo hubo muletazos buenos con el cuerpo encajado y las zapatillas atornilladas. Se fue a hombros en una tarde para el recuerdo.

  • Plaza de toros de Zafra. Sábado, 3 de octubre de 2015. Primera de feria. Lleno. Seis toros de Zalduendo, justos de presencia, descastados, excepto el encastado 6º, nobles y flojos. Destacaron 4º y 6º.
  • Morante de la Puebla, de verde y oro. Pinchazo y estocada (oreja). En el cuarto, pinchazo y estocada (dos orejas).
  • Alejandro Talavante, de frambuesa y oro. Estocada (oreja). En el quinto, pinchazo y estocada caída (dos orejas).
  • Posada de Maravillas, de azul marino y oro. Pinchazo y estocada (oreja). En el sexto, pinchazo y estocada (dos orejas). Los tres matadores salieron a hombros.