La Junta de Andalucía presentó el borrador del nuevo Reglamento Taurino para la comunidad autónoma andaluza. La consejera de Gobernación y el director General de Espectáculos Públicos, José Antonio Soriano, presentaron un documento que es el final de una larga serie de conversaciones con distintos sectores de la Fiesta.

El matador decidirá el número de puyazos que debe recibir cada toro.

Se reducen las dimensiones de la puya, del peto y también disminuye el peso de los caballos.

Se admite la visita del presidente y los veterinarios al campo para aconsejar qué toros deben ser enviados a reconocimiento, aunque ello no excluye el análisis final en la plaza.

El primer aviso se enviará a los tres minutos desde que el matador entra a matar por primera vez. Las faenas pueden alargarse conforme a lo que quiera el lidiador.

Se podrá indultar toros en cualquier plaza, excepto en las portátiles.

La concesión de la segunda oreja no será decisión exclusiva del presidente.

Desaparece el concepto trapío. Los veterinarios sólo opinarán en sus reconocimientos sobre el estado sanitario del animal.

Desaparecen las banderillas negras.

Cualquier aficionado puede ser presidente de las corridas.

Se pueden lidiar toros bajo la responsabilidad de los ganaderos si se considera que hay sospechas de manipulación de las astas.

Se crea un Registro Andaluz de Empresarios Taurinos. La Junta ha decidido que aquellas personas que organicen festejos en Andalucía deben inscribirse previamente en la Administración andaluza. Se les pide una fianza indefinida de 30.000 euros.

Se limita el peso de los novillos con picadores hasta un máximo de 500 kilos.

Se mantienen las mismas plazas de primera categoría y se añade la de Málaga

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