“Más vale llegar tarde a la meta que no llegar nunca”

“En Sevilla, sin cortar orejas, me he sentido torero porque es un público especial”

“La salida a hombros de Madrid ha sido la clave de la temporada”

Curro Díaz, matador de toros andaluz de Linares, ha culminado una buena temporada que responde a lo que se esperaba al comienzo de la misma. Es un torero de carrera lenta, catalogado como artista y dotado de una sensibilidad especial a la hora de interpretar su profesión. Curro Díaz no sólo no ha defraudado sino que es una de las grandes esperanzas para el próximo año.

Lo más importante de esta temporada – comienza el torero de Linares- es que, al fin, he logrado una cierta regularidad en mis actuaciones. He logrado cuajar muchos toros, lo que se ha traducido en muchos triunfos, que es lo que repercute en todo.

¿Qué recuerdos le trae la corrida de Sevilla con una ganadería como la de Cebada Gago?
Esa corrida ha sido fundamental. Es cierto que no corté orejas, pero era la de Cebada en Sevilla para un torero de mi corte, la superé con suficiencia, estuvo con los toros sin problemas y creo que los maté muy bien. Salí muy satisfecho de esa tarde, que ha sido muy importante en este año. Fue la prueba de que podía salir a las plazas tranquilo porque estaba capacitado para enfrentarme a cualquier toro.

A los pocos días llegó el triunfo con Puerta Grande en Madrid. ¿Lo esperaba? ¿Se vio ya en todas las Ferias?
La corrida de Sevilla me cargó las pilas para Madrid. Le dije a mi apoderado que estaba seguro de abrir la Puerta Grande. Tenía mucha confianza en mis posibilidades. Cuando cogí la espada para matar el toro del triunfo, estaba absolutamente seguro de que ese toro no se me escapaba. Estaba convencido de mi triunfo. Ahí cambió mucho la temporada.

¿Se han cumplido sus expectativas en esta temporada?
Por supuesto. La de torero es una carrera, para la mayoría, muy lenta. Al principios de 2007 partía con posibilidades, pero era preciso algo como el triunfo de Madrid. Hay una diferencia ante la temporada de 2008, porque ahora ye parto con una serie de contratos que me he ganado. Siempre hay que triunfar, pero ya no se impone como obligatorio dar un aldabonazo fuerte. He subido de lugar entre los toreros a tener en cuenta por parte de las empresas.

¿Y no cree que carreras como la suya sean excesivamente lentas?
Es así. Salí por la Puerta Grande de Madrid cuando ya un montón de ferias tenían los carteles hechos. Los resultados se recogen a más largo plazo. Pero siempre hay premio para los esfuerzos. Es lento, pero lo que se gana en el ruedo suele tener recompensa. Se podría pensar que he toreado poco, pero hemos mantenido una línea y no nos henos salido de ella.

¿Dónde se ha quedado con ganas de torear?
Sobre todo, en plazas andaluzas en las que creo que mi toreo será muy bien recibido, como Jerez, Algeciras, El Puerto y otras. Ha ocurrido lo que decía antes, que los carteles se hagan con mucho tiempo de antelación. En la próxima temporada espero resarcirme.

¿Se conoce totalmente al torero llamado Curro Díaz?
Pienso que aún quedan muchas cosas para que se me conozca. Mi carrera ha sido lenta porque me ha faltado estar bien en sitios claves. Lo importante es que ya he roto la frontera del conocimiento que tiene la afición de mi forma de hacer las cosas. He conseguido que mi nombre se asocien con un estilo de torero, que le gusta a casi todos los que van a las plazas. De momento, dices Curro Díaz y todos sabemos de qué tipo de torero se habla.

Habla de regularidad en la temporada. ¿Es posible aunar el arte con la regularidad?
La regularidad se logra toreando a un toro de tipo medio que es que abunda. A todos no se les puede hacer la faena redonda, pero hay que torear lo mejor posible a los regulares. Eso se consigue con madurez y tiempo, pero también con ambición. En mi caso ambas cosas se ha reunido.

El arte se cotiza mucho y su toreo es de arte. ¿Es una ventaja ser artista en estos tiempos?
Siempre se ha valorado a los toreros de arte. Tengo ya una ventaja, porque lo que me exigen en las plazas es que sea fiel a mi concepto, a mi forma de hacer las cosas. También es bueno que la gente pida toreros de arte, es un tipo de toreo que se demanda por los aficionados, lo que para mí es una buena ventaja.

¿Y qué otras fechas hay en la temporada que no olvidará?
La respuesta de Sevilla en San Miguel. Por eso es Sevilla, es única por su capacidad para captarlo todo. Apenas unos pases, porque el toro apenas respondió, y esa plaza reaccionó de una forma que no olvidaré. Dicen que Sevilla da prestigio y no tanto dinero. Los toreros queremos experimentar esa entrega de una plaza como me pasó en Sevilla, porque sobra todo el dinero. Eso sólo pasa en la Maestranza.

¿Cómo recuerda la tarde de Linares con José Tomás?
Vaya por delante que Tomás ha sido un gran revulsivo para el toreo. ¿Lo de Linares? Por mi parte creo que cuajé un toro a gusto y no acerté con la espada. Esa tarde, José Tomás era la atracción, lo cogió un toro y acaparó los titulares y fue la noticia destacada, pero a mi nadie me quita los pases que le di al toro de Cuvillo.

¿Conocen los aficionados a Curro Díaz en su mejor versión?
Algunos sí que me conocen. Pienso lo que ocurriría si cuajo un toro en Sevilla como lo he hecho en otras plazas. Esa ilusión es la que te mantiene atento como artista porque en el futuro pueden ocurrir muchas cosas.

El torero artista puede caer con facilidad en el amaneramiento. ¿Es consciente de que es lo contrario al arte?
Es que al arte debe ser natural. Los toreros a los que he admirado como artistas han sido naturales, como Curro, Paula, Antoñete, Manzanares, Manolo Vázquez o el mismo Manolo González, del que he estado cerca por razones de que me apodera su hijo Ignacio.

¿Seguirá con su apoderado?
Está claro, al menos por mi parte no hay ninguna duda. Si por alguien me alegro por haber podido destacar y quedar bien situado para el año 2008 es por Ignacio González, que siempre confió en mi futuro.

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