Escribano_ValenciaLuis Carlos Peris.- Hace unos días, el pasado domingo, volví a sentir unas sensaciones que parecían olvidadas. La sensación de miedo en una corrida de toros es algo que tenía hibernando en el rincón más escondido de mis entrañas y apareció el domingo en toda su crudeza. Lástima que hubiese tan poca gente en los tendidos y lástima también de la papupérrima presentación del segundo miura de la tarde, pero el resto fue la constatación de estar en una corrida de las de verdad. Y eso que verla por la tele en el confort de la sala de estar palía mucho las inquietudes que vienen de la incertidumbre por lo que pueda hacer un toro auténtico. Y si los toros de Miura pusieron de su parte, qué vamos a decir de lo que propusieron los toreros. Toreros de verdad desde el añadido a las zapatillas, que había que ver cómo se jugaron la vida Rafaelillo y Manuel Escribano, esos dos héroes.

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