El Puerto_140816hombrosÁlvaro Pastor Torres.- Plaza de toros de El Puerto de Santa María (Cádiz). Domingo 14 de agosto de 2016. Última corrida de toros del abono veraniego. Casi un cuarto de plaza en tarde calurosa y ventosa. Durante la lidia del primero ingresó en la enfermería el banderillero Óscar Castellanos con posible lesión de ligamentos en la rodilla derecha, pendiente de evaluación radiológica. Saludaron tras parear al tercero Álvaro Núñez y Rafael Limón. Buen puyazo de Juan Bernal al 5º. David Galván salió por la puerta grande.

Cuatro toros de José Luis Pereda y dos (4º y 6º) de La Dehesilla. Bien, aunque desigualmente presentados y con bastante que torear. El 1º no terminó de humillar; el 2º noblote; el 3º mansito y noble; el 4º, un tío, incierto y con peligro; el 5º manso de arreones y con transmisión, aunque duró poco, y el 6º otro manso que se dejó tras mucho sobarlo.

Curro Díaz, de rosa y oro. Estocada algo desprendida (vuelta tras petición). Pinchazo hondo y estocada baja (saludos desde el tercio).

El Cid, de grana y oro. Pinchazo y estocada (saludos desde el tercio). Estocada perpendicular y descabello (oreja)

David Galván, de verde botella y oro. Estocada contraria (dos orejas). Estocada desprendida (oreja)

Corrida muy interesante de principio a fin. Con muchos matices, como dicen ahora los cursis. Encierro serio -lo que demuestra que El Puerto es con diferencia la plaza andaluza de 2ª categoría con los toros mejor presentados- y con mucho que torear. Más interesante para los pocos aficionados que pasaron por taquilla que para los que se tuvieron que poner delante. Mansitos por norma general y con complicaciones relativamente salvables, salvo el 4º.

Curro Díaz, con mucha entrega toda la tarde en su debut portuense, bordó el toreo a la verónica en el toro que rompió plaza. Se mereció con creces la oreja que pidió la mayoría del respetable tras una faena corta pero muy asentada. Muy decidido y valiente en el incierto cuarto hasta el punto que escuchó la música en la recta final del trasteo.

El Cid, bien con la capa en su primero al que hizo una faena aseada como decían los antiguos revisteros. Dio el paso adelante en el quinto, y sus arrancadas inciertas y desordenadas las fue embebiendo en la muleta para instrumentar varias tandas de buen nivel, en especial por el lado derecho. Cortó oreja de peso.

David Galván, en racha por toda la provincia gaditana, se queda quieto, en el sitio y tiene gusto, además de buen estilo (lo que no le pegaba nada eran los bordados de máquina del traje) y no anda corto de valor. Puede funcionar, si el «sistema» le deja.

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