Rocío de la Oliva Martos.– Con tres cuartos de plaza, hicieron el paseíllo Padilla, Ferrera y Roca Rey, para enfrentarse a un ganado de Juan Pedro Domecq. Padilla, héroe gaditano era esperado con la misma intensidad que recibieron a Roca Rey, algo desplazado quedaba Antonio Ferrera que cogió la sustitución de Manzanares y por ello no quiso salir a hombros. Con lo que no contaba la afición portuense es con la torería que derrocha el torero extremeño en estos momentos. El ganado, flojo, gordo y sin movilidad, no impidió que los dos ciclones arrasaran en el ruedo de la Plaza Real.

El primero astado no deja opciones ni si quiera de análisis, quizás aún no nos hemos dado cuenta que el monoencaste acabará con la fiesta y los que no somos ganaderos, poco tenemos que hacer. Aplausos para el esforzado torero jerezano.

Con el cuarto Padilla dio la alegría con la que siempre es esperado en el tercio de banderillas donde invitó a Ferrera a poner un par, arrancó muletazos por el pitón derecho y terminó levantando la faena con el izquierdo, una oreja en el día en el que se cumplía veinte años de su debut en la Plaza Real y por lo que recibió un recuerdo al terminar el paseíllo.

Antonio Ferrera, al que le devolvieron el segundo, se gustó por verónicas y chicuelinas a manos bajas que bien recuerdan anhelado José María Manzanares (padre).  Se gustó por naturales que valían su peso en oro, templado, acompasado, riñones encajados y que poco malo se podría decir del torero, por si fuera poco, estocada en el hoyo de las agujas y dos orejas paseó el extremeño.

El quinto, otra vez los mismo problemas, mucho peso para las dimensiones del animal, pérdida de manos e incluso de salida una coz, signo de mansedumbre. Se armó de paciencia y sacó naturales hilvanados de uno en uno, una oreja más que se llevó Ferrera.

Roca Rey (Foto: Rocío de la Oliva Martos)

Roca Rey no escatima en valor a pesar de las cornadas, era su debut en El Puerto y se notaba el ambiente que arrastra en todas las ferias. La gente quiere miedo, emoción, juventud y muchas orejas. Arrimones de escalofríos le valieron una oreja.
En el sexto fue volteado en un quite por gaoneras, estremecedora fue la forma de la caída en la que dio una vuelta completa, afortunadamente quedó sin consecuencias. Aprovechó la conmoción del público y le arrancó dos orejas al de Juan Pedro. A hombros se fue en solitario.

Juan José Padilla, saludos y una oreja.

Antonio Ferrera, Dos orejas y oreja.

Roca Rey, Oreja y dos orejas.

 

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