La ganadería de Zalduendo volverá a lidiar dos corridas en la Feria de Abril de Sevilla, una el Domingo de Resurrección y otra dentro del ciclo continuado. Fernando Domecq Solís, responsable del hierro de Zalduendo, ha lidiado 20 corridas de toros en la temporada 2007. Después de un año de grande triunfos en 2006, la última ha seguido la línea clásica de esta divisa. El criador, sin embargo, matiza que ha habido problemas que han impedido repetirlo. En última instancia, Fernando Domecq, es fiel a sus pensamientos y así, cuando se le pregunta lo mejor del año, responde que “ha sido José María Manzanares con un toro de Zalduendo en Sevilla”.

Fernando analiza el año de su ganadería. “Esperaba que fuera un año mejor que el de 2006, pero no ha sido igual porque he lidiado más de un 40 por ciento de toros con una enfermedad del hígado por culpa de un problema de nutrición. Gracias a la Universidad de Murcia y sus veterinarios se ha podido detectar y solucionar. Sabía que algo así ocurría, no me quería dar por enterado, pero era algo incuestionable”.

Estos problemas de nutrición afectaron a la camada, “como le puede ocurrir a cualquiera que tenga el hígado lesionado. Por ese motivo hubo una gran diversidad de comportamientos entre unos toros y otros. Por fortuna, en cada corrida había algunos sanos que levantaron la nota. El toro se venía abajo en su movilidad sin llegar a derrumbarse. Fue un error grave, que se ha corregido y espero que de forma definitiva”.
Así pues el año de Zalduendo, “ha sido bueno, aunque por debajo del nivel que se podía esperar en relación con temporadas anteriores”.

En la Feria de Abril lidió dos toros que le encantaron, uno el domingo de Resurrección y otro en la Feria. “Fueron dos toros muy buenos. Me conformaría como ganadero por lidiar un toro por corrida como esos dos de Sevilla. No era mi aspiración de este año, quería más, pero esos dos toros me compensaron mucho”.

Habla Fernando de los toros Insulso, lidiado por El Cid, y Encendido, que lo toreó Manzanares. “Aparentemente fue mejor el segundo, porque era más fácil, pero fue más verdad la embestida de Insulso. Ese toro lo coge El Cid más adelante y lo cuaja aún mejor”.

También tiene un recuerdo especial para un toro lidiado en Logroño por El Juli. “El toro Imperante, nº 124, fue de los que un ganadero sueña por lidiar, más cuando lo hace un matador que los lleva tan sometidos como El Juli, que para torear de esa forma necesita reses de una calidad superior”.

Del resto de la temporada, Fernando Domecq tiene interés en recordar las dos corridas de Málaga, sobre todo de los problemas surgidos en la Feria de Agosto. “Si se acude a ver una corrida en el campo y se decide que es la adecuada, hay que intentar lidiarla por simple sentido común. Los veterinarios de Málaga son muy buenos, pero creo que los problemas que hubo en Málaga el día anterior (se lidió una corrida que dio mal juego) influyeron de forma decisiva.” Al hilo de su apreciación, el ganadero apostilla algo que le parece fundamental con respecto a Málaga. “Creo que subirla a primera categoría ha sido un error. Es una plaza conde gusta el toro bien hecho, se había conseguido llevar el toro de siempre de Sevilla, pero Sevilla ha subido y Málaga se podía quedar con el toro de siempre de Sevilla. Esa oportunidad de quedarse con el toro bien hecho se rompe al subirla a primera categoría. Aún está a tiempo si las cosas se reconsideran”.

La evolución del toreo actual cambia de forma notable la crianza del toro. Es un concepto muy arraigado en los ganaderos actuales, que están siempre pendientes de la evolución del toreo para adaptar el toro. Fernando Domecq tiene sus teorías muy claras. “No soporto las faenas que comienzas al final. El toreo grande se hace desde el comienzo. Al toro hay que poderle y enseñarle des el primer muletazo. Y es preciso ayudarle, porque el toro embiste porque le gusta y se divierte al hacerlo, pero si es maltratado no lo hará con clase. No se le debe aburrir para torearlo al final. Este año he visto aplaudir en Sevilla faenas que comenzaban de mitad para adelante. La verdad es mayor cuando más al principio se comience a torear”.

Su concepto del toro se mantiene: “El toro debe querer coger la muleta por abajo, lo que supone un ejercicio muy superior a querer coger la muleta a media altura. Treinta pases por abajo valen cien por arriba. El toro se rompe más si lo hace por abajo. La emoción del toro se aprecia de forma maravillosa al verlo repetir con fuerza con la cabeza humillada”.

Este tipo de toreo requiere toreros capaces, un aspecto que para Fernando Domecq es gratificante en estos momentos. “Si el toro embiste humillado debe tener delante toreros capacitados. Estoy encantado porque hay toreos nuevos que van por ese camino, incluso mejor que podría pensar en alguno momentos. Es una de las mejores épocas del toreo. Se habla del pasado, pero que me digan en qué tiempos ha habido tantos toreros buenos juntos en el tiempo”.

Y habla de casos concretos, “como ese final de temporada de Perera o del mismo Juan Bautista. Están Ponce, El Juli, Tomás, Morante, Manzanares, Castella, Cayetano, es decir, hay una cantidad de toreros que aun criador de toros le ilusiona, porque ese esfuerzo por conseguir cada vez más calidad será para que los artista realicen grande faenas”.

De nuevo se anuncia con dos corridas de toros en Sevilla. “Se trata de una gran responsabilidad por mi parte, pero también hay que es un reto por parte de la empresa, que repite de nuevo este detalle después de mucho tiempo. Me ha costado mucho decir que sí a las dos corridas, porque la responsabilidad es tan alta como la ilusión. Es más cómodo unir los mejor en una corrida. Pero es que Sevilla es única. Toda mi vida, cuando nace un becerro perfecto de formas, he pensado que era el ideal para Sevilla. Y ahí sigo, buscando el toro perfecto para la plaza perfecta que es Sevilla”.

El toro que mejores recuerdos trae a Fernando Domecq es Jarabito, un astado con el hierro de Zalduendo que toreó Emilio Muñoz en 1999. “Es el mejor toro que he lidiado en mi vida” ¿Y por qué no hay nuevos ejemplares de esa calidad? “Porque un toro como Jarabito es un milagro, que además se lidió en Sevilla en el momento oportuno. Fue una suerte que es complicado repetir muchas veces”.

Zalduendo lidiará de nuevo 20 corridas en 2008. Las de mayor importancia están reservadas para Sevilla, Bilbao, Nimes y Logroño. Al ganadero le encantaría lidiar en Jerez, “donde nunca he acudido con Zalduendo”.
 

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