Javier Jiménez cortó siete orejas y un rabo en su actuación en solitario en la plaza de  toros de Espartinas en el festejo de su despedida como novillero. La nota común fue una demostración sobrada de oficio y valor. Ni la tarde entoldado y ventosa, ni el juego de los novillos ni tampoco el uso de la espada acompañaron al novillero, que no se afligió y acabó fresco después de matar siete novillos, sobrero incluido, en los que hubo momentos de exposición y de una técnica perfecta.

Se lidiaron novillos de Santa Ana (1º), Benjumea (3 y 5º) 6y Espartaco (2, 4, 6 y sobrero). Media plaza.

Javier Jiménez, único espada, de azul turquesa y oro: oreja, oreja, saludos, dos orejas, saludos, oreja y dos orejas y rabo. Su hermano Borja Jiménez lo sacó a hombro como se aprecie en la fotografía de Álvaro Pastor Torres. 

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