Curro Romero y Espartaco

En estos años sigue aumentando el número de festejos que componen el abono de Sevilla. No hay dudas sobre lo que supone la década de los años ochenta para la Fiesta. Llegará al toreo en 1984 un joven que se apoderará del trono y mandará de forma efectiva: Espartaco. Juan Antonio Ruiz, hijo de un torero de modesta trayectoria, saldrá lanzado de Sevilla en una corrida de la Feria de 1985. Mientras, totalmente confundido con el alma torera de Sevilla, seguirá Curro Romero en los carteles.

En 1981 se produjo un gran acontecimiento. En la corrida del Domingo de Resurrección reaparece vestido de luces Manolo Vázquez. La trascendencia de sus tres años en la Fiesta es muy grande. Manolo enseñó a los aficionados el toreo puro impregnado de la más profunda sevillanía. El día 19 de abril otorgó la alternativa a su sobrino Pepe Luis Vázquez Silva. La Feria en un crisol de toreros: Manzanares, Espartaco, Rafael Chicuelo, que también volvió ese año, Paula. Paquirri, Emilio Muñoz, Cortés, Galloso, Tomás Campuzano, Manili, José Antonio Campuzano, Esplá, Dámaso González. Por primera vez se celebra una corrida el lunes tras la Feria con reses de Guardiola.

En esta Feria fue herido de gravedad al recibir a un toro a portagayola Paquirri. Había salido por la Puerta del Príncipe dos días antes. El 30 de abril fue la cornada. Se proclamó triunfador de la Feria en todos los apartados.

Hasta catorce festejos en la Feria de 1982. Los carteles del domingo de apertura son ya de lujo: Curro, Paula y Manzanares. Dos grandes triunfos marcaron este año: primera salida por la Puerta del Príncipe de Espartaco, el día 27 de abril, y el enorme triunfo de José Antonio Campuzano en la de Guardiola el lunes 3 de mayo. Después de este triunfo Campuzano salió lanzado como torero de todas las ferias. Toreó en la Feria Antoñete dos corridas y Curro cortó una oreja a un toro de Manolo González. Al margen de la Feria, la noticia surgió en San Miguel y el 12 de octubre: Paco Ojeda logra un sonoro éxito que repercutiría en toda España.

Como es lógico esos triunfos de Ojeda y Campuzano, y en menor medida el de Espartaco, cambian el toreo en 1983. El gran torero sanluqueño se convierte en el triunfador de la Feria sin discusión. El día de la alternativa de Curro Durán, el 16 de abril, Ojeda corta tres orejas en Sevilla. También hay tardes excelentes de Emilio Muñoz, herido por uno de Bohórquez, Espartaco, Durán, Paquirri, Ruiz Miguel y Manili. Este último estuvo colosal en la de Miura.

La noticia de ese año se produjo el 12 de octubre. Después de tres años en activo, Manolo Vázquez se despidió de los ruedos en una corrida inolvidable que toreó mano a mano con Antoñete. El magisterio del torero sevillano dejó una honda huella en todos los que le vieron en esta última etapa.

Es complicado resumir en breves líneas la Feria de 1984. En la Maestranza se sucedieron hechos de gran trascendencia. Algunos pasaron inadvertidos, como la última tarde de Paquirri en el coso del Baratillo, ocurrida el 4 de mayo. Había cortado su postrera oreja en la corrida del Domingo de Resurrección a un toro de Núñez. En septiembre de ese mismo año moriría en Pozoblanco cuando estaba a punto de irse de los ruedos.

Cortaron trofeos también Galloso, Pepe Luis Vargas, Tomás Campuzano, Manzanares, Espartaco, Emilio Muñoz, José Antonio Campuzano y Manili, que fue el triunfador por su tarde ante la de Guardiola. Sin embargo, la faena de la Feria la realizó Currro Romero al toro Flautino de Gabriel Rojas. Fue la confirmación de la simbiosis perfecta que había entre una ciudad y un torero. De una foto inolvidable de aquella tarde, la que ilustra esta página, realizada por el maestro Pepe Arjona, brotó la inspiración para el monumento que ahora presiden los aledaños del coso del Arenal.

Fue un año complicado en otros cosas. Un toro de El Viti corneó en la plaza al cabestrero Manolín cuando enastado no podía ser devuelto a los corrales. Oro toro de Palomo Linares, sobrero en la de Miura, saltó al callejón e hirió al doctor Vila. La Maestranza acogió el día 28 de setiembre el último paseíllo de Paquirri en una demostración de duelo impresionante. Al día siguiente, en una matinal para el recuerdo, Pepe Luis Vázquez Silva cuajó su mejor actuación en Sevilla.

Y no menos importante es el año 1985. Espartaco se encuentra con Facultades, el toro de Manolo González que le encumbró a lo más alto del escalafón. Ocurrió el 25 de abril de un año que comenzó con una corrida especial con Paula recién salido de prisión y Lucio Sandín como nuevo matador de alternativa. Manzanares lo bordó con un toro de Torrestrella; estuvo torero Antoñete con uno de Núñez; bien José Antonio Campuzano y destacado con la de Guardiola Emilio Oliva hijo. En San Miguel, Pepe Luis Vargas armó un alboroto y cortó cuatro orejas.

Ya en 1986, con el reinado de Espartaco en Sevilla, éste se proclama triunfador de nuevo en demostración de superioridad absoluta. Curro torea cinco corridas y no toca pelo en ninguna. Tiene destacadas actuaciones en el ciclo Paco Ojeda, José Antonio Campuzano y Manili. El 14 de abril se despidió de los ruedos el banderillero Andrés Luque Gago en una tarde de quites gloriosos de Romero, Paula y Ojeda. Ya en octubre se presentan como novilleros en la Maestranza lo jóvenes Litri y Camino en un cartel mixto con Romero.

La Feria de 1987 tuvo un principio sangriento con la gravísima cornada que un toro de Barral infirió a Pepe Luis Vargas el 23 de abril al recibirlo a portagayola. Ese año fue nuevamente para Espartaco, que el 3 de mayo se encerró en la Maestranza con seis de Miura. Fue una gesta incluso sin cortar trofeos. Se lución Manzanares y realizó una faena muy buena El Niño de la Capea. Cortaron orejas también José Antonio Campuzano y Emilio Oliva.

El cartel del Domingo de Resurrección de 1988 fue Curro, Paula y Espartaco. Este último fue el triunfador de la Feria, pero rayó a gran altura Paco Ojeda, que el día 15 de abril inmortalizó al toro Dédalo, de Juan Pedro Domecq. Espartaco se anunció en una terna en la de Miura y cortó una oreja, lo mismo que Manili. La mejor faena la hizo Manzanares y Fernando Cepeda fue herido de gravedad y cortó un trofeo. Reapareció Pepe Luis Vargas y también se llevó su oreja. Hubo en esa Feria un toro que pasó a los anales de la historia por su bravura: Topinero, lidiado de forma maravillosa por Tomás Campuzano y su cuadrilla: Martín Sanz a caballo y Alfonso Ordóñez, Luis Mariscal y Eustaquio Sierra.

Espartaco vuelve a ser el triunfador en 1989. De todas sus faenas, la que hizo a un toro burraco de Cebada Gago fue la mejor. Fue muy destacada la actuación de Julio Robles ante una corrida de Manolo González el día 13 de abril. Toreó por primera vez en la Feria el valenciano El Soro, pero tuvo la mala suerte de sufrir una fractura de tobillo. Se lidió un famoso toro de Palha llamado Varino que encandiló por bravura con casta. Y en la de miura, Manili y Tomás Campuzano anduvieron como dos jabatos.

Se celebró una novillada matinal el 15 de julio. Los cimientos de la plaza temblaron ante la faena primorosa de un chaval rubio llamado Julio Aparicio Díaz. Esa misma mañana, Pepe Luis Martín sufrió una seria cornada.

La década acabó con Curro en su sitio sevillano mientras Espartaco era la gran figura que Sevilla aportaba al mundo. Para Romero fueron los años más grises, pero nuevas glorias estaban por venir. Curro, cuando ya estaba cerca de los sesenta años, aún tenía lances y muletazos que regara a Sevilla.

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