¿Qué balance hace de la temporada?

Ha sido una temporada muy buena. Cuando la empecé sólo tenía firmada una corrida y he toreado 41, por lo que estoy bastante satisfecho. Destacaría mi regularidad a lo largo de la temporada, que es lo que me ha permitido torear tanto.

¿Cuál ha sido la mejor tarde?

La más importante fue la primera de Sevilla, el 16 de mayo, porque fue la que abrió más puertas. Pero ha habido tardes en las que me encontrado muy bien, como en Algemesí, Arganda, Cargazón (Francia) y Bayona.

¿Qué borraría de la temporada?

Nada; lo hecho, hecho está.

¿Cómo está en estos momentos el mundo de los novilleros?

Hay pocas oportunidades en los comienzos; para mí es lo más complicado. Cuando llega esa posibilidad de torear, los novilleros nos lo jugamos todo a una carta. En mi caso no puesto dinero por torear, pero me consta que aún se organizan festejos en ese plan. Cuando no he cortado orejas, no he toreado, pero por fortuna no he pagado nunca.

¿Cuáles son los planes para el año próximo?

Quiero torear una cuantas novilladas a principios de temporada y luego tomar la alternativa en Sevilla. A partir de ahí, lo mismo. Si corto las orejas toreará más; si no lo consigo, las cosas serán más complicadas.

Lo mejor del año

Lo mejor ha sido la posibilidad de torear tantas novilladas cuando al principio sólo tenía un contrato. Ello ha sido posible gracias al triunfo de Sevilla en mayo.

Lo peor del año

Fue una tarde que toreé en El Álamo. El primero se partió una pata y no pude torearlo. El segundo de mi lote salió toreado. Y que conste que fue una buena novillada, pero tuve toda la mala suerte del mundo y no pude dar ni un pase en toda la tarde.