Andrés Amorós.- Mi inolvidable amigo Manolo Vázquez escuchó a Severo Ochoa, en una conferencia, las dificultades de la labor investigadora. A la mañana siguiente, le dijo al científico: "Yo también soy un investigador, he tenido siempre que investigar las condiciones del toro: comportamiento, querencias, cambio de actitud durante la lidia…"
Asintió don Severo y reconoció que la labor del torero no sólo es más arriesgada sino más difícil, porque tiene que resolver los problemas en milésimas de segundo, mientras que él disponía de todo el tiempo…
Como el toreo es tan difícil, me encantan los toreros que lo ven claro y lo hacen con aparente facilidad, disimulando elegantemente las dificultades.
Aunque los toros no han permitido un triunfo rotundo, los tres diestros de esta tarde pertenecen a esa línea. Ponce realiza una lidia impecable en el primero. Manzanares dibuja magníficos naturales en el segundo. Luque es la gran esperanza, maneja capote y muleta con armonía.
Cada uno en su estilo, los tres practican la regla de oro del maestro Manolo Vázquez: "Naturalidad, porque hay que torear de modo que no sólo parezca fácil sino que lo sea".
Publicado en El Mundo el 25 de abril de 2009