La novillada de Pallarés fue un desastre. La novillada en sí mismo fue un despropósito con nocturnidad, frío ambiental y esa luz tenue que en la Maestranza es habitual en estos festejos medio nocturnos. La novillada del día solemne del Corpus debe celebrarse con luz diurna. El agua de la bendita lluvia que cayó durante el día hubiera respetado el festejo en el caso de comenzar a las siete de la tarde.

Lo de Pallarés fue muy malo por falta de clase, fuerzas y casta. No se salva ninguno de los seis bonitos novillos, muy en el tipo Santa Coloma, pero huecos de casta brava por dentro. Si buscamos alguna virtud, solo la encontramos en la nobleza sin fuerzas del primero y el buen tercio de varas del quinto. En la muleta fueron mirones, echaron la cara arriba y se apagaron en pocos muletazos.

Manolo Vázquez dejó la mejor muestra de su estilo torero con el capote en el primero, en el que alguna media fue muy hermosa. También el saludo al cuarto fue bueno, así como el galleo por chicuelinas. Al muy noble sin fuerzas que se abrió plaza le dio muletazos sin ajuste. Hubo pulcritud y buenas hechuras, pero faltó emoción en una labor algo despegada. Con el cuarto se repitió la historia en una faena de detalles sin rematar.

El abulense Sergio Rodríguez, del que esperaba mucho después de verlo en Madrid, cuajó una noche decepcionante. El segundo fue blando y sin clase. Rodríguez lo tanteó por la derecha con tres tandas cortas sin posible ligazón. Menos se entiende su labor con el deslucido quinto, con el que no pasó la raya del compromiso en una labor distante. Se lució a la verónica en el saludo. El novillo no humilló y el novillero no se enfadó. Lo mejor, dos estocadas de buena ejecución, aunque algo traseras.

Diego Bastos toreó bien de capa al tercero. Fue un novillo flojo y rebrincado, al que logró sacar el máximo partido en una labor sobre la derecha con temple y mando, aderezada con la música, que decayó de mitad de faena en adelante ya con el novillo rajado. Lo mató de una estocada contraria, se pidió la oreja y el palco la denegó. Parece que hay presidentes que solo sacan los pañuelos para algunas figuras.

El sexto fue muy malo, mirón y de medio recorrido; solo le sirvió a Bastos para estar firme, intentar con mucha voluntad sacar muletazos de buen corte, aunque alargó mucho una faena sin horizonte.

Plaza de toros de Sevilla, 8 de junio de 2023. Novillada con picadores. Media entrada. Seis novillos de Pallarés, correctos de presentación y de mal juego. Primero, noble sin fuerzas; segundo, soso y descastado; tercero, flojo, noble y descastado; cuarto, muy descastado y rajado; quinto, sin clase ni casta; sexto, flojo, mirón y sin clase.

Manolo Vázquez, de blanco y oro. Estocada baja (silencio). En el cuarto, pinchazo, media estocada baja y atravesada y descabello (silencio tras aviso).

Sergio Rodríguez, de azul pavo y oro. Estocada trasera (saludos tras aviso). En el quinto, estocada trasera (silencio).

Diego Bastos, de tabaco y oro. Estocada contraria (vuelta al ruedo). En el sexto, estocada perpendicular y descabello (silencio tras aviso).

Novillada nocturna con motivo de la festividad del Corpus. Minuto de silencio en memoria de José Fuentes. Manolo Vázquez le brindó el primero a Pepe Luis Vázquez Silva. Destacó en banderillas Juan Carlos Rey en el quinto.