El Parlamento catalán ha aprobado la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que supone la prohibición de las corridas de toros en Cataluña a partir del 1 de enero de 2012. Ante esta decisión, Enrique Ponce quiere expresar su “gran indignación e impotencia por lo ocurrido”.

El torero ve claramente “una coacción a la libertad de los seres humanos precisamente por quienes hace 40 años abogaban por ella”.

Pero Ponce va más allá y hace una valoración política: “En todo esto hay un trasfondo político maquiavélico por parte del nacionalismo catalán, que con esta acción gana una batalla a España, cargándose la seña de identidad de nuestro país. Están atentando contra la cultura, la tradición y la historia de nuestro país. Es muy triste que se use la política para estos fines y que se coja a la Fiesta como víctima de un fin político nacionalista catalán”.

Por último, Ponce confía en una reacción general: “Espero que haya respuesta y que la cosa no quede así”, asegura, a lo que añade: “Creo que quien tenía la fuerza para que esto no ocurriera es el partido socialista de Cataluña. Hay una gran incongruencia dentro del partido: si en Andalucía lo declaran bien cultural, el catalán lo prohíbe, y en medio está el Gobierno y su presidente, que es socialista, y que se lava las manos. Esto es un reflejo de cómo está España”.

 

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